La opinión pública está empezando a conocer que muchos guardias civiles, manipulando los cinemómetros que ponen multas por exceso de velocidad, no disponen de la certificación necesaria para su manejo o disponen de la misma, pero falsificada. Esto inmediatamente dará que pensar que no tienen legitimidad para poner multas, aunque veo eso un poco discutible.
Pongamos que el señor Alfredo viaja con su coche a 154 Km/h por una autopista cualquiera, y un agente le caza con el radar y le ponen una multa. Supongamos que el agente no dispone de la adecuada certificación. ¿Qué va primero, el huevo o la gallina? ¿Es más culpable el agente o el infractor? El hecho de que se ha cometido una infracción no se ve alterado por la certificación del agente, otra cosa sería que se equivocase.
Si el señor Alfredo circula a 120 Km/h de marcador por una autopista y le llega una multa por pasar de 133 Km/h, entonces si, que recurra, y si se descubre que el agente en cuestión no tenía certificación, que proteste, más que nada, por ser injusto.
Eso sí, al que corre y le pillen, agente certificado o no, que no proteste. Por otro lado, es una vergüenza que algo así pase en la época actual, o que se presione al Cuerpo para que llegue a una couta determinada de multas. No ayuda nada a que el ciudadano confíe en el sistema.
Fuente: elConfidencial.com
Yo creo que de un lado presionan a los agentes para que ‘rellenen’ las arcas de tráfico y de otro a los conductores no para que conduzcan mejor sino para que… paguen. A veces la seguridad en la carretera se quedan en algo tan sencillo como si pagas todo perfecto, y eso es grave. No todo se puede resolver con dinero.
Ahmmm por cierto una cosilla curiosa sobre tráfico que quizás no has leído:
http://blog.folksonomy.com/?p=257
Saludos. 🙂