Afortunadamente no están implantados, pero ¿y si los pusiesen en funcionamiento? Serían indetectables, acecharían en cualquier situación sin posibilidad de advertir su presencia. Al menos, los helicópteros pueden verse con el techo solar si nuestro copiloto está «al loro» y los coches camuflados de Tráfico pueden discriminarse por los chalecos amarillos que llevan los agentes.
Pero este sistema… da miedo. Desde el Servei Catalá de Transit dijeron «Ojalá tuviéramos radares tan pequeños». Este sería el sistema de sus sueños.
Un poco más en serio, aprovecho para hacer una pregunta: El hecho de estar seguro que en un determinado tramo no hay vigilancia, ¿hace que te tomes «alguna licencia»? Hay más razones que evitar la multa o la retirada de puntos para conducir mejor, pero hay que conocerlas.
Respuesta simple y rápida… Si 🙂
Por cierto, el «palomo» lleva el radar del revés 😀
Hace que te tomes no una, sino muchas licencias. Lo de la DGT (y compañía) es una cuestión de coherencia. Avisar de la ubicación de los radares se ha vendido como argumento de honestidad («no queremos vuestro dinero, queremos vuestra seguridad»), pero al final ha ido en contra de la línea que afirma que la batalla contra la siniestralidad se basa en una cuestión de enseñanza de conocimientos, aprendizaje de destrezas e inculcación de valores. Si los conductores se acostumbran a controlarse sólo donde saben que hay un radar, ya me dirás tú cómo van a interiorizar que hay que respetar los límites estén donde estén.
Bueno, bueno, tratandose de radar laser, tampoco seria tanto tanto problema. Como si las palomas y hasta los gorriones llevan pistola laser, dejales… dejales… 😀