Casi nadie, por no decir absolutamente nadie, se acerca acuerda de su nacimiento. En ese momento, llorábamos, estábamos rodeados de gente de blanco y no teníamos capacidad de raciocinio. En cambio, unos pocos han experimentado una sensación por una parte horrible, por otra parte una bendición: volver a nacer.
Es una experiencia que no recomiendo a nadie, la sufrí una vez, cuando tuve un pequeño accidente, en el que sólo estuve involucrado yo mismo. En esos momentos, pasa toda tu vida por delante de tus ojos y luego cuesta mucho dormir. Te pellizcas para comprobar que estás vivo y le das unas cuantas vueltas hasta que «pisas el suelo». Pero vives, puedes contarlo, y a partir de ese momento, algunas cosas cambian, normalmente para bien.
Es triste, pero hay gente que no aprende hasta ese momento, cuando ya se toma las cosas de otra forma. Quien no aprende de la experiencia, es un caso perdido. La vida nos da una segunda oportunidad. Os presento un hecho real, con protagonista real, nada de anuncios de la DGT:
Un lector de mi blog tuvo un aparatoso accidente el pasado sábado. Tras leer su relato, se me pusieron los pelos de punta. Sabiendo lo que podría haber pasado y conociendo el final feliz… me sentí profundamente aliviado. En su blog nos cuenta con todo lujo de detalles cómo ocurrió, dónde, cómo quedó su coche… Lo que importa es que está vivo, su familia también, y nadie salió herido salvo unos paneles de chapa y paragolpes. Amigo, me alegro mucho de que sigas aquí, de verdad.

Hay mucho que contar y prefiero que leais su relato, pero hay que quedarse con la siguiente moraleja: en una situación crítica, más vale conservar la calma y tener sangre fría. A nuestro amigo le sirvió para salir sano y salvo de esta. También le vino bien tener un coche moderno, con un turismo de hace unos años quizás no habría salido tan bien parado. Esto debería recordarnos que además de lo que corre, del equipamiento, de lo bonito… no hay que dejar de mirar la seguridad de nuestro futuro coche, nunca.
Me has dado la primera alegría del año, apenas he celebrado un aprobado en un examen de los más difíciles de mi vida. Disfruta del regalazo que te han dado.
La historia completa en Activania Community Blogs
Pingback: Volver a nacer: el relato de un accidente
Pues si, lo que importa es que todo haya acabado con los menos daños posibles.
saludos
P.d: has puesto acerca en vez de acuerda, refiriendote al nacimiento
Madre mía, vaya fallo 😕 Corregido
«…me acordé de un artículo que leí un día antes en el blog de Javier Costas titulado ‘Una cuestión de superficie’…»
Javier, me remito al comentario que te dejé para tu entrada número 100. Enhorabuena por la parte que te toca. 😉
Y, sobre todo, enhorabuena al protagonista de la historia: gracias a tu rapidez de reflejos, ya tienes dos cumpleaños que celebrar.
Enhorabuena tambien de mi parte al protagonista de la historia y a Javier que ya puede decir con toda contundencia que su blog ha servido para algo.
Muchas gracias a todos, lo menos que podía hacer es publicar un post de agradecimiento.
Un saludo.
P.D. Al igual que Josep, yo también me comía plantas.
Pingback: El blog de Javier Costas » IV cumpleaños del blog
Pingback: ¿Por qué escribir sobre seguridad vial? | El blog de Javier Costas