Informaba hace horas en Motorpasión de la próxima intención de la clase política. Aquellos que sean sorprendidos conduciendo muy deprisa (>200 Km/h en autovía, >180 Km/h en secundaria o >110 Km/h en poblado) podrán ir a la cárcel entre tres y seis meses antes de fin de año. Me corté a la hora de dar mi opinión personal para tratar de ser un poco más objetivo, ahora me mojaré un poco.
Esta medida no será excesivamente popular, pero es una buena idea, si se hace de la forma correcta (y si dan ejemplo, que esa es otra). Los que circulan tan deprisa, borrachos (>1,2 mg de alcohol en sangre), con los puntos retirados (por algo será) o sin el permiso vigente, en mayor o menor medida son peligrosos y sobran del asfalto. De hecho, sobran más los que pecan de exceso de imprudencia que los que pecan de exceso de prudencia.
Por un lado, las penas no son largas, supondrán una putada para el que le «entaleguen», pero dará tiempo a pensar un poco. Las multas se pueden pagar, los puntos te los pueden quitar (se pueden recuperar), pero estar desprovisto de libertad mezclado con los elementos menos recomendables de la sociedad, eso sí que es para meditar. Por otro, quien ponga en peligro la vida de los demás, estará más guapo 5 años en prisión que sobre el asfalto, atentando contra el más elemental derecho del ser humano, la vida. La tuya, la de tu padre, la de tus amigos, la mía, la de todos.
A mucha gente no nos afecta para mal. En el Need for Speed puedo correr a toda la velocidad que me dé la gana sin que peligren vidas ni mis puntos. Es más, puedo pasar a 300 Km/h por delante de pasos de peatones de forma totalmente inofensiva, ¡ni siquiera hay peatones! También están los circuitos.
En cambio si puede afectar a otros que, convencidos de que los límites de velocidad son absurdos y haciendo odiosas comparaciones entre las carreteras de aquí y las de Alemania, con una sobrevaloración injustificada de la seguridad activa de su coche, circulan mucho más rápido de lo que tendrían que ir. Por que basta con autoconsiderarse «controlador» para circular deprisa. Pero quien dice deprisa, dice ir muy deprisa. O sencillamente, van a esa velocidad por que les sale de las gónadas, un impresionante argumento.
En Internet se pueden leer toneladas de comentarios de conductores, protegidos bajo un seudónimo, que están a favor de la velocidad libre. Lo que cuesta muchísimo es leer a uno que admita que está corriendo un riesgo muy alto (las razones las expuse en un artículo anterior). O bien los riesgos los tienen «los que no saben conducir», o simplemente, los demás. Ellos no, la duda ofende. Ah, y que arreglen las carreteras, pero que seguirán corriendo, por que con ellos no va la cosa.
No se trata solo de coche, infraestructura o conocimientos, también se trata de educación, algo que no sobra en nuestro país, por desgracia. Las comparaciones con los alemanes están fuera de lugar. Si en España tuviésemos esas autopistas, su sistema de ambulancias, sin límites de velocidad en algunos tramos y la educación española, que nadie dude que iba a morir más gente. La arrogancia también mata.
En cuanto al alcohol, qué decir sobre ese límite. Es borrachera manifiesta, lo sorprendente es poder conducir en ese estado y que luego no se materialice en accidente. Se subestima demasiado el efecto del alcohol en la conducción, y estamos a la cabeza de Europa en muertes debidas a la bebida. No creo que muchos «inocentes» pisen la cárcel por esa tasa de alcoholemia.
En cuanto a los que circulan con todos los puntos retirados, quizás no hay una relación totalmente objetiva con que sean unos peligros al volante, pero lo cierto es que nadie obliga a conducir con el permiso sin puntos. Existe el transporte público o el taxi. No es igual que el vehículo privado, pero el transporte público no está tan mal. Pues bien, un conductor sin puntos está mejor en un autobús o un cercanías que conduciendo después de varias infracciones graves. Sería de titular de periódico sensacionalista o de Show de Benny Hill que alguien perdiera los 12 puntos por aparcar en el carril bus o infracciones menores.
¿Y qué hay de los que no tienen el permiso vigente? Quizás la cárcel es excesiva, pero no se puede admitir que se circule tan alegremente sin el permiso en regla, al igual que no se permite circular sin seguro. A todos nos gusta tener derechos, pero hay deberes. Y son los pilares de la libertad que disfrutamos.
Pero la cárcel no es el remedio definitivo, es más, opino como en el RACE: «Establecer penas de prisión debería ser el último eslabón en una política de seguridad vial». Hay que empezar desde la escuela. También hay que rendirse a la evidencia de que hay conductores salvajes que no pueden ser domesticados por que no tienen predisposición para ello, la seguridad vial directamente se la suda no les importa nada. En última instancia, se les tiene que impedir efectivamente conducir por el bien de los demás.
Es triste haber llegado al punto de que el Estado tiene que hacerse respetar en materia de tráfico con privación de libertad, cuando los reglamentos, pedirlo en anuncios, las multas y las retiradas de carnet no son suficientes. Pero lo dicho, serán casos lo suficientemente gordos. Lo que no puede seguir pasando, es que se cometan auténticas tropelías y los autores sigan conduciendo como si nada, como el que pone un petardo en un portal en fiestas patronales.
Puede que enchironar a cierta gente (no será masivo como vaticinan algunos apocalípticos) no baje de golpe las cifras de siniestralidad, pero si provocará un cambio de mentalidad que contribuirá a que nos tomemos las cosas con un poquito más de calma. Aunque sólo sea por los que tienen la fea costumbre de conducir con unas copas de más, si lo hacen menos, vivirá más gente.
Faltan más medidas por implantar. Cuando leí la opinión del director general de CEA, Rafael Fernández-Chillón, me quedé con un párrafo muy significativo, pues hizo una propuesta muy interesante:
«Los muertos en las carreteras no disminuirán mientras, conjuntamente al carné por puntos, no se ejecuten otras medidas como la creación de una Agencia Nacional de Seguridad Vial que aglutine competencias hasta ahora dispersas, se aumente la vigilancia policial en las carreteras, se disponga de un plan ambicioso de eliminación de los puntos negros de las vías, mucha más información y, sobre todo, más educación vial como asignatura obligatoria en la enseñanza de los colegios. Y estamos totalmente seguros de ello.»
Un ente público que coordine a la vez tráfico, infraestructuras, educación… será mejor visto para la sociedad que el sistema actual, donde la DGT sólo se preocupa «por hacer caja», la Guardia Civil sólo va a «cazar» y hay infraestructuras en mal estado. La imagen de esos colectivos está bastante dañada, y eso que les pagamos con el dinero de los impuestos para que mejoren la seguridad del tráfico.
Queda mucho por hacer, evitar tantas muertes, inválidos y sufrimiento no es algo que se arregle de un día para otro. Mejoran los coches, las infraestructuras, la tecnología, la cultura de la conducción… pero la sociedad sigue siendo el talón de Aquiles de la siniestralidad. Somos humanos, y por tanto imperfectos. Todo esfuerzo que se haga para contribuír al idílico objetivo de «accidentalidad 0» sea bienvenido.
Esta medida beneficiará a más gente de la que va a perjudicar. Los que tengan complejo de Kimi Raikkonen pueden ir con Easyjet a Alemania, alquilar un BMW con Hertz y conducir por una Autobahn a 250 Km/h sin miedo a represión policial. Los borrachos siempre pueden volverse en taxi, o controlarse un poquito bebiendo, o tomar Rives. Los que no tienen permiso pueden utilizar el transporte público. A cambio, los usuarios de la carretera estaremos un poquito más seguros.
Hay sectores en contra, evidentemente, los primeros, los clubes de automovilistas. Pero está claro que quien es un conductor responsable, estas medidas no le suponen ningún agravio. Y quien es menos responsable, no tiene que temer la prisión. Ya solo queda que quien efectivamente lo merezca se tome unas vacaciones pagadas entre rejas y deje de ser un peligro.
Quizás hay otras medidas más efectivas que la prisión, como obligar a pasar por la autoescuela de nuevo (ideal para eliminar vicios), embargar el coche cierto tiempo, trabajos sociales en hospitales con lesionados medulares… ¿Qué sería más humillante para un infractor reincidente? ¿Pagar una puñetera multa o comprobar a dónde llevan sus acciones? ¿Y quedarse sin ruedas?
Si los conductores en conjunto -me incluyo- respetásemos las normas, no haría falta permiso por puntos, ni Guardia Civil, ni radares, ni amenazas punitivas. Incluso con las mismas infraestructuras que tenemos habría muchas menos muertes, pero con mayor respeto a las normas y a los demás. Pero como eso no es así, tenemos que tener al estado detrás. El código de la circulación no es como un chiste, que según lo interpretes hace gracia o no. No es algo tan flexible y dado a la interpretación subjetiva o a elegir las normas que molan y las que no.
Quizás te preguntas por qué me pongo tan plasta con el tema de las normas. Es fácil, vivimos en sociedad, y para garantizar que todos podemos vivir libremente, hay que delimitar ciertas cosas, para eso están las normas. Esto lo dijeron señores hace siglos y no estoy inventando la pólvora, me limito a recordarlo. Hay normas que son necesarias, otras que menos y otras que son una gilipollez, pero son un mal necesario. El cumplimiento íntegro de todo el código de la circulación es imposible hasta para el mejor de los conductores, pero está claro, o al menos estoy convencido, de que cuanto más se cumple, menos riesgos estamos corriendo.
¿Qué opinas al respecto?
«PD: Lothar, hace un par de años, un conductor experto que circulaba tranquilamente a 160 (de esos que a 120 se duerme) saltó la mediana y mató a»
Esto es como el que va a 160, se entretiene con lo que sea mirando dentro del coche, se hostia y la DGT dice que se ha matado por exceso de velocidad. Pues no, se ha matado porque se ha entretenido con lo que sea o se ha dormido. El ejemplo que me pones es lo mismo.
Pon ejemplos adecuados por favor.
Semi:
En primer lugar, te agradecería que guardases las formas, al menos conmigo. Lo de «mira, chato» está fuera de lugar. Gracias.
Para continuar, creo que tienes un problema con el conocimiento de las leyes españolas sobre tráfico, no sólo en lo tocante al uso de telefonía móvil (que reconozco que es para iniciados) sino también en lo que respecta a las normas que se aplican a los conductores de vehículos prioritarios (que es tan básico que hasta sale en el libro del permiso B): el conductor de una ambulancia cuando circula en «prestación de servicio urgente» sí que puede circular por encima de los límites de velocidad y se le permite incumplir cualquier otra norma o señal, a excepción de la que marque expresamente un agente de tráfico. Esto es así hasta que cambien las leyes.
Claro que, como «no tengo ni la más remota idea del tema legislativo» y «que lo diga la ley no me dice un carajo», pues no he dicho nada. Me encanta leer opiniones fundadas. Aportan mucho, sí señor.
el tema es determinar si el sentido de la urgencia es tal o no. Porque puede ser una urgencia que el conductor de una ambulancia se eche media horita de siesta y necesite ir a toda ostia a su base, encendiendo los pirulos y saltandose semáforos?? NO hablo de un caso aislado…
porque una cosa es clarísima: TODOS los coches de la policía autónoma vasca tiene un dispositivo Bluetooth y un teléfono por patrulla para temas de trabajo. Con lo cual, si se ve a un agente de la policia autonoma vasca hablando por telefono movil al volante, es mucho mas que probable que sea para un asunto que poco o nada tenga que ver con su trabajo. Que pongan un parrot a los coches de la «malemérita» y se soluciona todo.
Un saludo!!
La medida no es muy viable a poco que entaleguen a muchos conductores. Las cárceles están bastante saturadas… 😉
Ahora bien, como sistema ejemplarizante, si que puede servir. Está visto que los infractores no tienen miedo a las multas, ni las retiradas de puntos ni de carnet. Entonces sólo quedan medidas más duras.
Quizás la retirada de carnet por más de un año pueda ser una de ellas, o incluso la retirada de por vida en los casos más graves. Por ejemplo: un conductor que por una imprudencia ponga en serio peligro la vida de otras personas o incluso las mate debería quedarse sin carnet toda su vida. 🙂
No es lógico ver a algún desaprensivo, con muertes a su espalda durante un accidente de tráfico, tras una noche de borrachera, ande tan campante conduciendo por la calle.
Acabo de leer la extensísima reflexión de Javier y he de decir que es una de esas pocas ocasiones en las que apenas hay cosas que rebatir. Si el sentido común es el menos común de los sentidos, este post demuestra que al menos no es una causa perdida.
Sin embargo, y esto es lo que me anima a escribirte, desde mi punto de vista hay algo de lo que no hablas y que me parece de gran importancia: la pasión por el automóvil.
Yo te he descubierto a través de Motorpasión y eso ya quiere decir algo. Todos los que nos encontramos en éste y en otros miles de foros como el tuyo tenemos en común el gozar con el automovilismo. Algunos disfrutan viendo las formas de los coches, otros se asombran por las proezas que se han llevado a cabo con ellos, etc. Cada uno lo disfruta a su manera.
La venta de vehículos es uno de los motores de la economía mundial. Genera -o engendra, según se mire- tales cantidades de dinero que ni me imagino. No es de extrañar, por tanto, que todos los que se dedican a este negocio tan rentable hagan lo posible por mantener y aumentar su margen de beneficio. Cuanto más tienes, más quieres y, si no quieres, entonces viene otro que se te come y sigue la rueda. Es lo que tiene el capitalismo, supongo.
Una de las formas de conseguir que un negocio sea rentable es asegurándose de que lo que uno vende sea un bien necesario. Y si no lo es, hay que lograr que acabe siéndolo. Creo que esto es un poco lo que ocurre con el automóvil desde bien poco después de su invención. Nos han hecho creer que es necesario, apelando entre otras cosas a nuestra necesidad de libertad. Las personas queremos ser libres y el automóvil nos proporciona libertad, o la sensación de ella, que para el caso es lo mismo.
Para viajar de A a B nunca ha sido imprescindible disponer de un vehículo propio. Pero si un chico guapo y triunfador sale por la televisión para decirte lo contrario, ¿quién puede decirle que miente? Muchos hemos crecido viendo la televisión, no importa las horas que hayamos pasado delante de ella, pero desde luego anuncios nos hemos chupado unos cuantos desde niños y aún hoy, siendo mayores de edad y todas esas cosas, alguno de los que más llaman la atención siguen siendo los de coches. Llámalo afición o llámalo, como decía antes, simple necesidad.
Así pues tenemos que un coche ha sido desde siempre un objeto de deseo (Como lo era de nuestros padres también) y supongo que la mayoría de nosotros crecimos con la secreta o no tan secreta obsesión de hacernos con un coche en cuanto nos fuera posible. Nos enseñaron a desearlo y hemos aprobado con nota la asignatura. El diploma tiene cuatro ruedas y volante.
¿Y ahora qué? Pues que ya tenemos la libertad ansiada desde siempre y queremos hacer pleno uso de ella, hasta donde nuestra economía nos lo permita. Hacemos kilómetros y más kilómetros, solos o en compañía, con tráfico o con la carretera despejada, da igual. Lo que no dan igual son las sensaciones, casi como nos las habíamos imaginado. Casi.
Miles de kilómetros de experiencia después, las cuatro curvas que nos conocemos de memoria ya no son lo que eran. Como dice el anuncio, a todos nos gusta conducir (Éstos sí que saben) pero la necesidad durante años alimentada ahora requiere ser saciada con nuevos alicientes, nuevos estímulos. Y esos estímulos requieren ser gestionados con buenas dosis de sentido común para que no se desmanden.
Y ahí tenemos el problema. Porque, si me permites otra frasecita hecha, el sentido común es uno de los tesoros mejor repartidos, porque todo el mundo cree tener el suficiente. Claro que, si eso fuera cierto, supongo que no necesitaríamos normas que nos coartaran. De modo que las normas se hacen necesarias en tanto en cuanto vivimos en sociedad y nuestra libertad acaba donde empieza la del vecino. Por eso, yo debería poder ir en autopista a la velocidad que me diera la gana siempre y cuando estuviera absolutamente seguro de que eso no iba suponer un perjuicio para nadie. Y eso no es posible saberlo. Pero no es posible saberlo ni conduciendo, ni paseando al perro, ni volando en ala delta.
Así que considero como tú que es necesario que haya normas y pienso que su cumplimiento o no no tendría que ser siquiera tema de debate. Es más, los que las incumplen y, sobre todo, los que las exceden reiteradamente deberían ser retirados de la circulación. En lo que discrepo es en que todas las normas estén bien establecidas. Las normas están impuestas por personas como tú y como yo, con opiniones propias y presiones que desconocemos. Y no dudo que su motivación sea buena, al contrario. Su objetivo es conseguir que no muramos ni matemos en el ejercicio de nuestra querida libertad. Sin embargo, su forma alcanzar dicho objetivo no parece tener en cuenta la opinión, no ya de los millones de conductores, sino de la gente que se dedica a esto del motor. El Sr. Pere Navarro no es un ejemplo a seguir en esto de los coches. Ni siquiera le gusta conducir. Me atrevería a decir incluso que no es un buen conductor, aun suponiendo que sea prudente. Entonces es casi imposible que no se le cuestione su forma de gestionar la seguridad vial porque sus decisiones están tomadas desde un punto de vista muy alejado del volante.
Por último, para los que nos gusta conducir, tan importante como llegar al punto B es la forma de hacerlo. Todos somos diferentes y para unos lo máximo es conducir un Clase E sabiendo que tiene 7 velocidades y que no percibe cuando cambia de una a otra, mientras que para otros la vida sabe diferente cuanto siente como la rueda pasa sobre una chinita y la aguja que suele mirar roza el número 7. Por supuesto que con cualquiera de los dos se puede circular a 120 totalmente concentrado. Y a 90 también. Y todos los coches deberían tener las mismas medidas de seguridad. Y quizá deberían limitarles la velocidad. Es más, todos deberíamos tener el mismo coche, para que no hubiera agravios y un coche grande no se comiera a uno pequeño en una colisión.
Puestos a poner normas por nuestro bien, cualquier idea podría ser buena. Pero si eso ocurriera creo que tendría que cambiar de pasión.
Un saludo
Para Josep.
Las formas quedan guardadas. Sólo pretendía ser coloquial. Cuando me meto en un foro a charlar con la gente trato de hacerlo de manera informal, rasero llano para el trato con la gran mayoría. Si Usted quiere que le trate con el máximo respeto, así será. Pero en ningún momento perdí las formas.
La ironía de su comentario, poniendo en antecedente que «no quería azuzar trifulcas estériles» como si los demás no tuvieramos opinión, también le puede envenenar la sangre. Piense que su «desprecio» es una manera elegante de perder las formas.
Aún así, le diré que sigo pensando que no soy tonto. El admitir, de manera muy sincera y humilde, que no tengo conocimiento sobre el tema legislativo no implica que deba asumir leyes que no tienen sentido alguno.
El que exista una ley que permita a las FSE hablar por teléfono móvil para ejercer sus funciones, no está más que dejando una puerta abierta para que se haga un uso inapropiado de la ley.
Si se considera necesario que cualquier FSE tenga la posibilidad de utilizar el teléfono móvil en un vehículo, cosa que está prohibida para el resto de los mortales, que le instalen un dispositivo de manos libres a cada patrulla. Los medios tecnológicos están, y el dinero lo ponemos Usted y yo, y el vecino.
Mi opinión está fundada, muy fundada. Me atrevería a decir que mucho más fundada que la que Usted ha expuesto, ya que se ha limitado a copiar una ley palabra por palabra.
En efecto, y sin ánimo alguno de faltarle al respeto, la ley, esa ley, no me dice un carajo. Y no me lo dice porque no creo en ella. Y como yo, el 99 % de la población si supiera que ese Guardia Civil que le está denunciando por hablar por el teléfono móvil, lo ha estado haciendo él mismo sin sanción alguna (y sin ejercer sus funciones, a patadas…).
Me gustaría verle la cara a Usted en ese momento. Me gustaría preguntarle a cerca de la ley en ese instante.
Un cordial saludo, muy cordial.
Semi:
Lo de calificar estas trifulcas como estériles no era un desprecio hacia nadie, y además estaba argumentado: si a alguien le parece mal que exista una Ley (en el caso que nos ocupaba, una parte de la legislación que contempla la limitación de velocidad) lo lógico y lo correcto es buscar firmas y acudir al Congreso (tal como explicaba José Luis hace no sé cuántos comentarios): el resto es estéril. A eso me refería.
Y lo mismo se aplica a lo del uso del móvil por parte de las FSE. Intuyo que has entendido que yo defendía al guardia civil. No era así. Sólo decía (y mantengo) que la Ley lo ampara, por lo que no «se salta las reglas» como decía Lothar. Con mi comentario únicamente pretendía matizar eso.
¿Que la Ley es incongruente? No tengo la menor duda, a menos que alguien me explique la excepción. Y digo más: si esta noche comenzara a buscar incongruencias en la legislación sobre Tráfico no acabaría hasta el año que viene.
En cualquier caso, la ¿gracia? de tener leyes es que hay que acatarlas, nos gusten o no. Si alguien piensa que habría suficiente apoyo para cambiar la Ley, adelante. Mientras tanto, la Ley es la que es y su desconocimiento no exime de su cumplimiento.
PD: Siento haber malinterpretado tu «mira, chato».
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Lothar:
Es el conductor el que determina que circula en «prestación de servicio urgente» (entrecomillo porque la fórmula es literal, no porque ponga en duda la urgencia del servicio) en el momento que pone las luces a trabajar. El resto, me temo, son especulaciones. Y sí, el sistema es mejorable.
Para Josep.
Cierto. Entendí eso. Entendí que defendía la actitud del Guardia Civil. Cosa que me resultó y me volvería a resultar incomprensible.
Sinceramente, más allá de cualquier ley, tiendo siempre a regirme por la lógica. Y mi lógica me hace saltar las alarmas cuando veo algo de ese calibre. Es cierto que, como dice, la ley lo ampara. No seré yo quien proteste al ver un Guardia Civil hablando por el móvil mientras conduce si realmente lo está utilizando en servicio de urgencia. Pero le puedo asegurar que no era el caso. Lo único que trato de explicar es que «hecha la ley, hecha la trampa». Y en este caso, más grave aún. Sólo de pensar que ese Guardia Civil pudiera ampararse en la ley para echar por tierra cualquier denuncia que se interpusiese contra él en esa situación, me pondría la piel de gallina. Se trata de una cuestión de principios.
Quiero dejar bien claro que se trata de algo particular. Tengo un respeto máximo por las FSE y sobre todo por su trabajo. Pero los hay, y muchos, que no deberían llevar uniforme. No lo merecen.
Habrá muchos más que si lo merezcan, pero esto no va dirigido a ellos.
Estoy muy de acuerdo con Usted en que mientras existan las leyes hay que acatarlas, y procuro hacerlo así. Le sorprendería.
Existen muchas leyes que desconozco, muchas. Y sin embargo no he tenido problema alguno con la ley en mi vida. Ni me han puesto multa alguna. No tengo manos libres en el coche porque no me hace falta. No hablo por el móvil mientras conduzco. Así de sencillo. Me gusta conducir y cuando me monto en el coche, me dedico a eso, a conducir. Respeto a los demás conductores. Soy educado. Y no pongo en peligro la vida de nadie.
Lo único que pido es que un Señor con uniforme no tenga más derechos que yo en la misma situación. Es lógica. Sólo lógica.
En definitiva, creo que no ha sido más que un malentendido. Pienso que estamos de acuerdo.
Un saludo chato (sin ironia, con todo el respeto ;))
«no quiero imaginar que los pillase alvaro a 190 con su focus….»
Un focus con suspension independiente en eje delantero y trasero, doble barra estabilizado, sistema exclusivo control blade y en su categoria el mejor bastidor a la par con el alfa 147……. no me quiero imaginar que le pasaria a ese coche que dices.
Pues si el conductor determina sin ser autditado la urgencia de la prestacion de su servicio, vamos aviados. Me compro un pirulo portatil y ale, a hacer el hijoputa por las carreteras de mi pais…
Tambien hay coches de policía camuflados (aunque no como el Ferrari de Corrupción en Miami, je je). Y los policías que van dentro de esos coches también pueden usar el móvil todo lo que quieran «en el cumplimiento de sus funciones». Si veis a un conductor hablando por el móvil sin que la Guardia Urbana le pare…
😉
Alguna vez he visto un coche de policía con las señales acústicas y visuales (vamos, sirenitas y lucecitas azules) pararse al lado de otro coche de policía, apagar las señales de marras, salir los agentes y ponerse a hablar con los del otro coche. ¿De qué hablaban? Seguramente de temas de seguridad ciudadana y de cómo evitar la delincuencia. 🙂
Pero no olvideis que se pueden saltar las normas de tráfico solo bajo su responsabilidad. No están obligados a ello. Por tanto, el conductor de una ambulancia puede mantener los 50 Km/H dentro de ciudad, sin sobrepasarlos en ningún momento. Y si los supera, es él el único responsable de lo que pase.
Y estoy de acuerdo con que «hecha la ley, hecha la trampa». Por desgracia el mundo del derecho dista mucho del derecho ideal, teórico, de lo que debería ser. O hacemos leyes muy complejas que prevean todos los casos (y a ver quien es el guapo que se las estudia), o nos fiamos de la buena fe de aquellos que pueden cometer abusos.
Si el conductor de una ambulancia, o un policía en su coche, tienen un accidente mientras conducian, es fácil saber a quién llamaban, porque las compañías telefónicas guardan un registro de todas las llamadas. Por tanto, tampoco hay tanta impunidad.
🙂
Un saludo !!
El problema de la impunidad no es que haya, pues el sistema tiene mecanismos de depuración lo suficientemente potentes como para hacer justicia. El problema es que la impunidad se genere por «corporativismo». Se crea un doble rasero y a un mismo hecho punible se aplican dos sanciones, en función de si eres o no eres «de la cuerda».
Joder Lothar, solo te ha faltado cambiar «de la cuerda» por un «del cuerpo» para que ya sea perfecta tu definicion. 😀
No. Soy de los que miden las palabras, y creo que la utilizada es la más adecuada. Lo mismo que hablo de servicios de emergencia puedo hablar de chóferes de autoridades, etc. Luego están los casos de multas que misteriosamente se anulan «por ser vos quien sois…»
Todos podemos equivocarnos, lo que significa que en alguna ocasión haremos, diremos, pensaremos, escribiremos o… conduciremos, de manera errónea. Supongo, y espero, dado que escribes acerca del tema, que has circulado en más de una ocasión en vehículos de gran cilindrada y potencia. Pongamos por caso que has ido dentro de un automóvil de última generación dotado de control de estabilidad y tracción a las cuatro ruedas y que su potencia era superior a los 200 CV. En tales circunstancias y en autovía, la circulación con este vehículo a 160 km/h es sumamente más segura que la de un coche de finales de los setenta a 120 km/h y, sin embargo, tú eres prácticamente un criminal si vas en el primero y un ser tremendamente sensato si vas en el segundo. No importa, que sigan poniendo penas a esos conductores imprudentes porque, seguro, tienen la culpa de las muertes en carretera. Nunca son los puntos negros, los cruces sin visibilidad, la falta de previsión, los asfaltos resbaladizos, la ausencia de ambulancias o la escasez de medios de los cuerpos de seguridad. El único culpable es el conductor. Es más, no importa que un alemán en una autobhan circule a una velocidad que es considerada delito en España mientras allí es legal. Tampoco importa que el número de muertos sea mucho menor en aquel país, lo que está claro es que aquí, cualquiera que sean las circunstancias, el conductor que circule por encima de determinada velocidad es un criminal. Lástima que, además, sean mucho más criminales dichos conductores que, por ejemplo, los ladrones reincidentes que no incurran en delitos superiores a determinada cuantía económica. Estos últimos tienen sanciones mucho menores porque, como es «lógico», son mucho menos criminales que quienes se pongan a conducir un automóvil moderno, potente y seguro a velocidades ilegales aunque sea en carreteras despejadas.
Hola.
Aprovechando que la Ley va a ser firme, simplemente comentar una cosilla.
Me «soplaron» 2 puntitos por ir a 160 en un despiste tonto. (A4 1.8 turbo, carretera despejada, saliendo de un embotellamiento, y por «tirar» para intentar no provocar tapón, me comí un radar) Vale. Pago mi multa y asumo mi responsabilidad (no me da por poner como conductor a un amigo Rumano que estuvo en España a pasar unos días y le dejé el coche).
Ahora mismo estoy en trámite de 3 puntos y 150 «pavos» por que el Guardia dice que no llevaba el cinturón (y juro por mis hijos que lo llevaba puesto, pero el Guardia SIEMPRE lleva razón)
Tengo que decirlo: tengo 38 años, conduzco desde los 14 y tango carnet desde los 18. No sé los kilómetros que he hecho (tengo cosas más importantes que hacer que contarlos), y salvo una salida de pista por una señal mal puesta, sin accidentes. OK. Ahora resulta que sale la Ley esta de los huevos. Y resulta que gracias a un HP y a un despiste (por intentar ser buen «vecino») tengo el saldo a la mitad. ¡Dios mío!, pero, ¿tan mal conductor soy? Debe ser que sí, así que ahora, a 90 por la autopista, a 60 por carretera, y si hay un atasco por accidente, yo tiraré a 70, y si la retención llega a Sevilla, que se joda el vecino. ¿Mejor así? Pues creo que no.
Una cosilla más respecto a las ayudas electrónicas (no debería decirlo aquí, pero lo suelto): Me parece estupendo que un coche tenga todo lo posible en cuanto a seguridad activa y pasiva, pero resulta que lo único que conseguimos así son peleles al volante. No hace mucho me ha dicho una persona que sin el ESP no sabría conducir. Y lo triste es que es verdad. Se pregona que el ABS es la leche mandonguera, y es cierto, pero, ¿quién lo sabe «utilizar»? ¿Cuántos de los que lean esto frenarían con ABS en nieve, o en hojas mojadas, por ejemplo? Y, si a consecuencia de un socavón se nos va un captador del ABS (lo que motiva quedarnos sin ESP y sin Control de Tracción), ¿cuántos de los que leen esto controlarían el coche después en una situación «comprometidilla»? Vaya, parece que volvemos al punto de partida, el responsable, si hay un fallo así y un accidente, es el conductor, pero, ¿no es cierto que con formación adecuada la cosa cambiaría?
El control de velocidad (Cruise control para los de Chrysler). Lo acabo de descubrir en mi Volvo 940 (del ’98). Es LA POLLA. Los 50 primeros kilómetros. Los 50 siguientes, sólo es la polla, en minúsculas. Los 50 siguientes es un pene infantil, y a partir de ahí, un aburrimiento (creo que debo parar cada 150 km, ¿no?) Llevar un coche así, en esas condiciones, no transmite. Tienes la sensación de que te están llevando, y te aburres. Con tanta electrónica pasa igual, el coche no transmite nada. Es obvio que es más seguro, pero te quita concentración. Los fabricantes,que de tontos no tienen un pelo, para que nos entrtengamos a 120 en un «avión», pues hacen eso, lo que en un avión: nos ponen multimedia, 589 altavoces, ponerle la peli a los niños (que esa es otra) para que se callen, climatización (se acabó pelearse con los mandos de la calefacción), y ya, lo más de lo más, cambio de ambientador automático y cambio de la decoración interior por luces ambientales. Como si fuésemos a dar una fiesta en el coche. ¿Qué nos queda? El recurso del pataleo. Según he leído por ahí arriba, tragarnos los huevos de un bocado cuando vemos la Ambulancia o la «lechera» con los pirulos y las luces a todo trapo en la M-30, jodiendo a todo Dios, y en cuanto pasan el atasco quitan todo y bajan la marcha. Viendo cómo un mindundi (por que cualquier conductor de esos vehículos es tan mindundi como yo) me hace frenar a saco por que se salta el semáforo sin mirar siquiera. Viendo cómo cortan el Paseo del Prado cuando los ministros se van «a tomar café», pero con chófer, que si no, en caso de accidente, por sus propios principios, las culpas serían suyas… Y mil cosas más que nos encienden a muchos. ¿Recoger firmas? ¡JA! ¿Cuántos moteros se manifiestan contra los guardaraíles asesinos?¿Cuánto caso les hacen?¿Cuánta gente salió a la calle por lo de la guerra de Irak?¿Y qué pasó?Alguien dirá: Lo pagaron en las elecciones. Vale, por que estaba muy reciente. Ahora nos llega esta Ley, y como nos ponen delante que va a erradicar no se cuántos muertos de la carretera, que los «colgaos» del volante, si no van a prisión, pues tendrán cursillos de concienciación y tal, pues todos, como borreguitos, decimos:»¡UY, qué buenos los políticos!», y de las manifestaciones no se acuerda nadie.
En fin, lo dejo que ya desvarío.
Salu2
sob
Despues de leerme tu opinion… con la que estoy de acuerdo en varios puntos, sigo pensando que este pais es el de la pandereta y el Ole! Ole!…
No voy a perder el tiempo en argumentar razon alguna para justificar el hecho de que me encanta ir muy por encima de lo permitido, no lo hare.
Lo que quiero dejar claro, es que ante todo, hay que saber y tener muy claro, si vamos a ir » deprisa»…no con prisa…, es el hecho de donde podemos hacerlo… dependiendo del estado de la carretera, el estado de nuestro coche, nuestro propio estado, si hay o no trafico…
etc….
Para mi y creo que muchos compartiran mi opinion… es mucho mas peligroso aquel señor que circula a 60km/h en una nacional…
El motivo es evidente… no le gusta conducir y ademas tiene miedo…y no conoce en absoluto su coche…
Ante una situacion de riesgo… no solo tendra un accidente, sino que posiblemente sea èl la causa.
Otro ejemplo… la circulacion de algunos ciclistas en manada… si he dicho bien…en manada… donde por carreteras sin visibilidad, circulan ocupando toda la calzada,,, gracias a la ley del Señor Peré…que les ampara a hacerlo …(menudo ejemplo dió el tal Peré cuando periodistas lo siguieron por Madrid… creo recordar que cometio 13 infracciones de trafico en el recorrido, 4 de ellas muy graves)…
Para terminar… creo que me he extendido mas de lo que queria…
decir solamente que la prudencia y la cordura no estan para nada reñidas con la velocidad…. simplemente hay que saber, como en todo,tener la cabeza en su sitio y los riesgos que comportan actitudes suicidas … maxime si hablamos de conducir en ciudad.
Gracias por el Blog, creo que tener la oportunidad de opinar es un signo inequivoco de libertad… 😉
Ups…se me olvidaba… tengo 45 años…conduzco desde los 13 y de profesion soy chofer particular y he hecho todos los cursos de conduccion, incluido el de Evasion… Llevo un Mercedes clase S
Mi coche particular es un A6 Quattro 215 cv
Cosa que si recomendaria, encarecidamente, es que despues de la Autoescuela (que no sirve sino para sacarte los cuartos por un papel, ya que de conducir ni papas), fueran obligatorios, por lo menos los dos primeros cursos de conduccion, con los cuales, ante alguna situacion comprometida, se tiene conocimiento de lo que hacer, pero sobre todo de lo que nunca hay que hacer.
Y recalcar…. ante todo … que en carretera no hay que jugarsela… ni descuidarse lo mas minimo… 1 instante separa la vida de la muerte.
Por otro lado sigo pensando que hoy por hoy las Fuerzas de seguridad de este pais de pandereta, son meros recaudadores, que «velan» por nuestra seguridad…jejeje.. y un cuerno.
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