No llegué tarde, pero tampoco me sobró tiempo para buscar aparcamiento, asi que otra vez metí el coche en el subterráneo (8 euros el día anterior). La primera charla era «Coleccionismo en el automóvil», impartida por D. Enrique Gómez Erustes, y lo primero que me vino a la mente es que iba a hablar de maquetas y cosas así, pero no. Hoy día usamos la palabra «friki» cuando alguien tiene una afición medianamente compulsiva, pero ya había muchos frikis antes. El que nos dio la charla, era un friki de narices, coleccionaba cada cosa…
Coches enteros, bocinas, abanicos de época, emblemas de marcas, piezas, cromos antiguos… Es increíble lo que se puede llegar a coleccionar sobre coches. Disfrutamos bastante con la charla, un ponente muy ameno y lleno de anécdotas graciosas. El hombre entendía bastante de patologías y demás ya que es médico de profesión.
A continuación le tocaba la charla al señor D. Enrique Hernández-Luike, uno de los padres de la prensa especializada en España, con un gran grupo editorial. No se encontraba bien, pero tuvo el detalle de pasarse a saludarnos y dedicarnos un brevísimo discurso. Es una auténtica lástima, todos nos quedamos con ganas de oir más. Quise saludarle personalmente, pero me pudo la vergüenza…
Turno de la siguiente charla: «Denominación de carrocerías», por Don Eloy López Menchén, un hombre muy sabio en cuanto a automóvil pero que se lió con el aspecto proyector y micrófono, el cual no utilizaba. El tener que estirar las orejas, sumado a los cuchicheos lógicos de «¿Por qué no usa el micrófono?» que me ponía doblemente nervioso: por la situación y por esos comentarios.
Nos habló de las primeras carrocerías clásicas, con unos nombres que nunca había oído, y que nos supuso una inyección de cultura de principios de siglo tremenda. Apenas llegó a los años 50, pero dejó de manifiesto la tremenda confusión de términos que nos han ido haciendo los fabricantes: berlinas, coupés, convertibles, roadsters, barquetas, berlinetas… menos mal que no llegó a compactos, SUV, sporthatch, etc. por que nos habría vuelto locos.
Su exposición se alargó un poco más de lo previsto, como la primera de la mañana. El programa previsto iba a cumplirse muy difícilmente, en detrimento de otras ponencias. La siguiente estuvo muy bien, «Ocho hitos de la Historia del Automóvil», por Don Ramón Roca Maseda. La charla era interesantísima, bueno, todas lo eran, ni en un día entero habríamos tocado todo lo que había que tocar…
Habló del Ford T (el motorizador del Mundo, en imagen), el Oldsmobile automático, el Citroën 11 Traction (primer tracción delantera en masa), Mercedes 280 diesel «Lola Flores», MINI, Mercedes 450 SEL (primero con ABS)… La charla fue muy dinámica por que Ramón lo hizo totalmente a pelo, ni apuntes ni guión ni nada. Nos enseñó fotos sueltas y las iba comentando, la de cosas que ahora son irrenunciables en un coche y que antes eran un lujazo de super-ricos… Nos enseñó a valorarlo más. Nos fuimos al descanso un poco tarde, pero a nadie le importó.
Dejo una cita de Henry Ford que nos hizo bastante gracia:
«El cliente siempre tiene la razón, por eso le dejamos escoger el color que quiera para el coche siempre y cuando sea negro.»
Continuará…
Fotografía Ford T: Wikipedia
Con retraso evidente agradezco las palabras que me dedicaste, pues no fue hasta hoy el día en que mi mujer reparó en esa alusión a mi persona, y yo me enteré de ese modo tan tardio de la crónica de unas Jornadas que para mí fueron inolvidables.
Nunca olvidaré esa charla porque nunca vi un Paraninfo de una Universidad repleto de alumnos asistiendo – atentísimos – a un curso sobfre Historia del Automóvil, curso que, según yo sé, no se repitió hasta el 2009 en Granada, sin tanto público, aunque con participantes de nuevo entregadísimos. ( ¡ con semejante público era pecado no entregarse a tope ! )
Todo esto me lleva a una sensación agridulce. Agria porque parece que el automóvil en su historia no merece el acceso a un público interesado en ella y dulce porque es maravilloso palpar y ver la afición que «nuestro amigo » suscita.
Gracias, Javier, por traerme un recuerdo tan agradable.