Personal

Vacaciones forzosas

Ahora mismo me encuentro dejando el dique seco, de guardar reposo y sin salir de casa durante tres semanas. Me remonto al día 4 de agosto, cuando me voy con unos amigos a hacer barranquismo al Río Verde en Otívar (Granada). Fue todo muy fugaz, me lo propusieron el viernes por la mañana y por la noche ya estaba en la zona para dormir.

Nos acostamos (cada uno por separado se entiende) pasada la 1 y a las 7 ya estábamos arriba. Nos subimos 5 tiarrones en el Prius y fuimos para allá desde la costa, quedaba muy cerca. Se trataba de una actividad organizada, con monitores, seguro y todo, y nos dimos cita a la entrada de la finca que había que atravesar hasta llegar al río.

Había que pagar 5 euros por cabeza a la entrada, solo por atravesar la finca. Me dieron ganas de hacer un #novullpagar pero el de la entrada estaba muy cachas y no era plan. Palmamos los 25 euros. Tres chicos bajaron en una furgoneta y los otros dos bajamos en mi coche, me habían advertido que en ese camino «tu coche no va a pasar».

Peaje en una finca privada

Como fue casi todo el rato cuesta abajo, casi fuimos gratis, es lo que mola de los híbridos, y con dos ocupantes no tocamos bajos ni una sola vez. A la vuelta fue otra cosa, no me imaginaba que con cinco tíos, nuestras mochilas y el depósito de GLP a la mitad, el coche va tan cerca del suelo como una hormiga.

Total, que me enrollo, esto consiste en seguir el cauce de un rio hasta una zona elevada y luego descenderlo por el agua, con traje de neopreno y casco. Los riesgos son las piedras que resbalan, los descensos en rapel (cuerda) y los saltos (voluntarios) hacia pozas de gran profundidad.

Ya me había tirado a pozas con anterioridad, una vez en 2001 y otra en 2007 (no lo practico con regularidad ;)) Pues esta vez me quise atrever con algo más difícil, y quise probar más de 5 metros de altura. La teoría dice que hay que apoyar un pie en el abismo y darse impulso con el otro. Y si te lo piensas mucho, no te tiras. La foto la tomé antes de saltar.

A punto de saltar

Pues bien, me tiré, y los dos segundos de caída se me pasaron volando, calculo que eran unos 8 metros o el equivalente a 2 pisos de altura. Al entrar en el agua, noté un gran hostión en la espalda. Había profundidad de sobra y no recuerdo si llegué a tocar el fondo, lo primero que pensé fue «¡MIS PIERNAS!».

El susto duró poco. Las podía mover y tenía plena sensibilidad, primero había que volver a superficie. Al salir, ya me pude concentrar en el dolor lumbar, es como si me hubiesen dado con un tablón de madera. Por lo visto, no caí del todo bien, creo que instintivamente me di impulso con las dos piernas.

Tenía la respiración más fuerte que Joe Cocker y vi caras de mucha preocupación. Me dijeron que lo más importante era tener sensibilidad y movilidad total en las piernas, que todo lo demás se pasa. Durante la primera hora, estuve bien jodido, apoyando la espalda en la piedra más gorda que encontramos.

Un salto de fe

Cuando el dolor remitió un poco, me bajaron el último en el último rapel, pero como si fuese una estatua, sin moverme. El agua fría me aliviaba y pude continuar la actividad. Antes de terminar, hubo 2 saltos más, de unos 3 metros, que no me perdí. Los que sí pasé de hacer fueron los de 12 y 16 metros del final (en foto un salto de fe, parecido al mío), que si los hago, directamente me mato.

Los monitores, bastante preocupados, fueron muy atentos y profesionales y no les culpo de nada. Me tiré porque me dio la gana, soy mayorcito para asumir las consecuencias de mis actos. Tras el descenso, comimos, y aún bastante jodido, nos subimos al coche rumbo a un hospital para que me viesen.

El camino que tardamos 10 minutos en bajar en coche, tardamos casi una hora en subirlo, porque a la menor presencia de piedrecitas pequeñas o jorobas en el terreno, se tenían que bajar los de atrás para que no tocasen los bajos. Nota mental, cuando cambie los amortiguadores, aparte de unos más duros, que tengan altura regulable…

Pista de tierra

En ese momento me dolían más los golpes en los bajos (a 1 km/h) que la espalda. Al menos gracias al sistema híbrido, se puede avanzar a velocidad de hormiga sin ir quemando embrague. Si llega a ser un coche normal, les digo que se vayan todos andando y subo en primera a menos de 1.000 RPM. Mi novia llamó preguntando por mi, que si estaba de una pieza, y respondí «Sí». ¿Para qué iba a preocuparla más? No sabía lo que me pasaba, además, dije la verdad 😆

Total, que llegamos al centro de salud de Almuñecar, que me deriva al hospital de Motril, donde ya me hacen una radiografía. Como paciente, soy muy frío y le echo paciencia. Soy capaz de decirle a una aburrida funcionaria que me muerdo de dolor con una tranquilidad pasmosa. Por eso conseguí que me atendiesen antes 😀

La radiografía me la hicieron horas después y no encontraron más que el aparente hundimiento de una vértebra que podía ser anterior al accidente, y que tenía una contractura. Analgésicos, fisioterapeuta y ya está. Podía haber sido peor pero me tenía que dar con un canto en los dientes.

Más tierra

Esa noche salí de marcha. Al día siguiente, playa. Volví conduciendo a casa. Hice otros 2.000 km en los siguientes 20 días. He ido a los karts (dos veces), incluso mi hermano me dio un leñazo por detrás intentando adelantarme (en la foto, soy el 8). He visto un espectáculo de moteros suicidas. He vuelto a ir a la playa. He ido otras dos veces a la piscina. Vida normal vaya…

Pero después de ir al fisioterapeuta unas pocas sesiones, veo que el dolor lejos de irse va a más. Empiezo a no poder dormir, desde las 4-6 de la mañana, mi vida era un infierno. Hasta que el viernes de la semana pasada se me inflaron las narices y me fui a urgencias otra vez, conduciendo yo.

Después de esperar casi toda la mañana, una radiografía y un TAC, aparece el premio gordo. Me había fracturado una vértebra, la D11, por la parte que NO lleva médula espinal. Que tengo suerte, en lengua llana. Normal que me doliese. He estado empeorándolo todos esos días.

Karting Karpetania

Pues ale, 3 semanitas de reposo en casa, sin conducir, ni salir de casa, ni viaje, ni nada. He tenido que cancelar el último viaje a la playa antes de que se vaya el verano, una presentación, recoger un coche y la leche en verso. En Andalucía todavía es verano, pero para mi no, se ha ido a la mierda 🙁 Nos vemos en 2013 si eso.

Estuve con un teclado inalámbrico, conectado a un portátil con cable al televisor. De sentarme en mi ordenador de sobremesa… como que no. Tomo más pastillas que un yonki. Al menos ahora puedo dormir, y ahora a casi trabajar. El seguro de la actividad no me cubre la pérdida de ingresos y si llego a pedir la baja por la seguridad social… me dan una miseria.

Es lo malo de cotizar por la base mínima en el caso de los autónomos, pero bueno, era un riesgo que tenía y nuevamente asumo las consecuencias de mis decisiones. Básicamente me ha sobrado tiempo para leer, ver películas o jugar a la Playstation. Otra cosa no me dejaban hacer.

Backflip

He navegado y mirado cosillas sueltas, pero eso de trabajar… Sé que más de uno pensará que soy un cafre o un temerario (como el motorista de la foto), pero en mi defensa tengo que decir que en 29 años y un mes jamás me he roto un hueso, y hasta hoy, la lesión más importante que había tenido era un esguince de tobillo.

Si el primer día me dicen que es algo tan serio, pues me quito de todas las cosas que hice durante casi todo el mes, ahora me encontraría mejor. De todas formas, si pudiese volver atrás en el tiempo, seguramente me volvería a tirar (aunque con mejor técnica) porque esos 2 segundos de caída fueron adrenalina pura.

Empiezo a tener crisis de los 30. Se me han casado en los últimos 12 meses varios compañeros de instituto. Tengo amigos que se han quedado calvos. Ya no tengo el aguante que tenía con 20 años y que el cabrito de mi hermano pequeño tiene. Y las canas están por ganarle la partida a mi pelo oscuro en pocos años.

Playa de Conil de la frontera

Sí, soy culpable de haber querido hacer algo diferente. Cuando me recupere, haré ejercicio a saco y luego me tiraré en paracaídas. En 2013 desfasaré más. Me he propuesto retar a la monotonía, que demasiado bien me he portado ya. Lo que me ha pasado es una putada pero tiene arreglo y ante todo estoy contento: puedo caminar. Eso me hace feliz todos los días.

Supongo que en los momentos de adversidad es mejor apreciar lo que se tiene antes que lamentarse. Si nos ponemos a pensar en que nos suben el IVA, que nos van a rescatar, que la prestación por incapacidad temporal es un mojón o que en unos años todos calvos o canosos… ¿a que no es plan? Pues eso, a disfrutar de la vida que son dos días 🙂

PD: Finalmente al coche no le ha pasado nada, inspeccionándolo en el taller, no tiene nada más que un par de arañazos que no se ven salvo que se suba el coche a un elevador y que en nada afectan a su vida útil. Quizás por eso tuve recientemente el sueño de que me compraba un Nissan Terrano solo para ese tipo de viajes. Lo consultaré con el psicoanalista.

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6 Comments

  1. azuar

    ufff… Por lo menos tuviste » suerte » y la fractura fue pro donde no pasa la medula sino… Veo que esto no te ha quitado las ganas de seguir haciendo cosas y disfrutando de la vida que es como tiene que ser 😀

    Me apunto el nombre del rio que a mis amigos y ami tambien no gusta esto del barranquismo.

    Recuperate pronto !!

    Reply

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