Hace ya cuatro años que mis circunstancias personales cambiaron bastante. Al terminar la universidad, de repente dejé de tener la necesidad de ir a un sitio a diario. La necesidad de conducir todos los días. Miro hacia atrás y me hacía mínimo 250 km semanales.
Ahora a veces aborrezco esta calma, no tener un sitio fijo al que ir a diario. Ahora mis desplazamientos son totalmente imprevisibles. Puedo hacer 2 kilómetros, 40 120, o 580, pero nunca con regularidad. Es cuando surge, pero no por necesidad diaria.
Lo más parecido a la necesidad de viajar ha sido viajar en coche hasta el aeropuerto para ir a presentaciones, pero no es lo mismo. Además, es todo por autopistas. Cuando iba a la universidad, a ver a la novia de entonces o a quedar con los amigos rara era la vez que pisaba más de 5 kilómetros de autopista.
Ay, las curvas, las echo de menos, el trasiego sobre la palanca de cambios, poder elegir varios trayectos para ir al mismo sitio. En ese sentido, las autopistas son un avance, pero un soberano coñazo. Ahora probablemente conduzco más kilómetros al año, pero son más aburridos, os lo garantizo.
También empiezo a echar de menos lo de estrenar coche cada semana, cambiar de montura, no encariñarme demasiado con ninguno (porque no me los podía quedar), vestir diferentes colores, ir a sitios distintos, carreteras desconocidas. Me invade una poderosa sensación de nostalgia.
En la etapa de transición entre una cosa y la otra, llegué a conducir sin ningún destino concreto, para mover los coches de prensa. Tampoco los podía llevar demasiado lejos si no quería arruinarme en combustible. Y también echo de menos eso de echar 6 euros y que entrasen más de 6 litros. Ahora me da corte repostar tan poco.
En fin, lo mío es pura adicción a conducir. Antes rara era la semana en la que me tiraba más de dos días sin coger el volante. Ahora me puedo tirar una semana entera sin mover el coche, porque total, ¿a dónde puñetas lo llevo? ¿Gastar por gastar? Echo de menos tener destinos, no solamente carreteras que pisar.
A veces me dan ganas de hacerme un petate y recorrerme el país entero bordeando la costa, o haciendo recorridos en X, que no sean las autopistas que estoy aburrido de recorrer. Pero sin alguien que me pueda acompañar tanto tiempo puede llegar a ser aburrido. A ver qué solución le pongo a esto.
Trabajar en casa tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ahora empiezo a verlo como un inconveniente. Pero si tuviese que chuparme un atasco a diario, creo que me quedaría como estoy. Para ir a clase rara vez pillaba tráfico, era lo que tenía ir por rutas no «comerciales».
¿Necesitaré metadona?
Javier ¿con lo de no encariñarte con un coche porque lo tienes que devolver quieres decir que ya no escribiras pruebas en motorpasion? Aunque en otro articulo te reproche por el tema de las fabricas y su localizacion me encantan tus pruebas para motorpasion. Sin desmerecer las de los demas creo que son las mejores junto con muchos articulos de Josep Camos. Aprovecho para comentarte aunque no sea el lugar apropiado para ello, que me gustaria mucho leer articulos sobre coches de clasicos en españa al estilo de algunos de highmotor. Perdon por el rollazo. Un saludo.
No, no tiene nada que ver. Simplemente cojo muchos menos coches, en vez de 48 al año creo que son 10 o menos. Entre que vivo a hacer puñetas de las sedes, que no tengo desplazamientos fijos y que no tengo tanto tiempo para escribir, eso ha ido a menos.
Sobre clásicos de vez en cuando me marco un rollete y tengo varias retropruebas en la recámara, pero tengo que hacer tiempo para quedar con los dueños.
Gracias por los ánimos.
¿Metadona? No lo creo.
Los adictos al motor somos así. Nos encanta conducir por conducir, hacer trayectos sin necesidad de ir a un lugar en concreto o sin ni siquiera saber donde ir.
Lo que queremos es disfrutar del volante, de la respuesta del vehículo a nuestros movimientos, de una palanca de cambio, unos pedales, asfalto, pedaltes, curvas… esa conjunción es la que nos hace adictos…
El problema viene cuando hasta a nosotros (que estabamos dispuestos a pagar precios «desorbitados» por el carburante) nos parece insostenible este precio del combustible que se unen a esas rutinas diarias que ya no se hacen por cambio de hábitos o falta de tiempo (en mi caso).
Yo lo he suplido cogiendo el coche con menos frecuencia, pero cogiéndolo mas quilómetros. Al final hago la misma suma e incluso mas, pero sin sacarlo a la calle cada día.
Se lo que es eso. En mi primer año de tener coche en propiedad puedo contar los días que no lo conduje. De 365 días hubo 17 en los que no pude/quise cogerlo. Fijaros en mi obsesión que hasta los iba contando :D.
Desgraciadamente como dices tú al final siempre aparece el fantasma de la economía y es que el coche es el vicio más caro que se conoce. Nos guste o no, no puede ser un capricho diario, ahora he cambiado el chip y lo cojo en pequeñas dosis. Una vez a la semana o algo así y la verdad es que esos pequeños momentos de «me cojo el coche a dar una vuelta» se saborean mil veces mas que cogerlo a diario. Aunque claro, hay que buscar una excusa para ir a cualquier sitio motorizado. No es tan sencillo porque al final, ir pa na es tontería.