
Reconozcámoslo, a nadie le gusta que un poder público limite nuestra movilidad por motivos relacionados con el ecologismo. Los episodios de alta contaminación en Madrid o Barcelona han sido avances de lo que vendrá más adelante, la restricción o prohibición de circular con coches viejos o que no estén a la última, dependiendo de la gravedad de la polución.
Madrid tiene un protocolo que contempla limitar la movilidad dentro del anillo de la M-30, en distintos niveles. En el caso más extremo, solo se libran los coches más limpios: híbridos, eléctricos o movidos a gas. París va más allá, y desde el 1 de junio no se podrá circular por el equivalente a su M-30 con coches matriculados hace más de 20 años, todos los días laborables de 08 a 20 horas, salvo las excepciones de rigor.
Nos tenemos que ir mentalizando que eso acabará pasando en otras grandes ciudades, porque los vehículos más antiguos (no solo turismos, también motos o furgonetas) no serán los más numerosos, pero lo que sale por sus escapes es más dañino para la salud de las personas. Las ciudades no son solo edificios, farolas y bancos, están repletas de gente, que respira un aire de mierda, y empeora su salud. Esto está más que demostrado, quien no lo quiera ver, está ciego, sordo y mudo.
Ayer por la noche tuve una discusión con César Sinde (@CesarSinde), un periodista con el que no comparto ideología, ni afinidades, pero que se dedica también a seguridad vial. A diferencia de otras ocasiones que he tratado con troles maleducados y carentes de modales, he de decir que me encantó discutir con César. Nadie perdió los papeles, e intercambiamos argumentos de forma totalmente civilizada y cordial. Así debería ser siempre, y así da gusto discutir.
La discusión puede seguirse en Twitter, es pública
Con motivo del Día mundial del medio ambiente, César publicó esto:
https://twitter.com/CesarSinde/status/739502252193353730
En resumen, cita recortes de prensa en el que salen tecnologías que, en teoría, son capaces de limpiar el aire de las ciudades sin que haya que limitar o prohibir la movilidad del personal. Algunas están respaldadas por universidades y tendrán mayor o menor rigor científico, pero no consideraré que son una solución real hasta que no las vea funcionando en una ciudad real. Por cierto, los costes de implantar esas medidas habrá de sufragarlos alguien, ¿quién quiere ser voluntario? ¿Ayuntamientos, contribuyentes, el Estado, tú? Ya respondo yo: nadie.
Aunque pueda sonar totalitario o un abuso, los problemas hay que erradicarlos en su raíz, y no aplicar parches. Se tienen que retirar vehículos de la circulación. Ya sé que es una putada, y que esos vehículos pagaron impuestos en su momento (y los siguen pagando), se vendieron conforme a las normativas en su momento, y que la autoridad que limita o prohibe la movilidad no va a regalar vehículos sustitutivos a nadie.
Cuanto más viejo es un vehículo, más laxas eran las normas con las que se homologó. Incluso en perfecto estado de mantenimiento, los escapes, cuanto más antiguos son, más mierda sueltan, aunque solo sean el 10% del parque móvil
César me recordó que la Constitución garantiza el derecho a la movilidad, y yo respondí con el derecho a la salud. ¿Cuál de los dos derechos debe imponerse al otro? Sobre esto escribí en Motor.es: «Madrid vs Alcorcón, ¿quién tiene razón?». Para servidor está claro como el agua pura: la salud es lo primero, ya que la movilidad privada tiene alternativas, más o menos cómodas, pero las tiene. Otra cosa sería que en el anillo de la M-30 se levantase un muro como el de Berlín (1961-1989), con ametralladoras y patrullas armadas.

Valoro mucho mi salud, por eso vivo a 50 kilómetros de la capital, donde la nube de mierda no llega. Si viviese en el centro, estaría dispuesto a sacrificar mi movilidad por el bien colectivo. ¿No quieren que meta mi coche viejo en el interior de la M-30? Con gusto, donde vivo lo aparco donde me dá la gana, pago muchísimo menos impuesto de vehículos de tracción mecánica (IVTM), y no necesito tarjeta de residente, ni tirarme minutos buscando aparcamiento, ni tengo miedo a que me lo rallen. A cambio, tengo 45-55 minutos de coche hasta la universidad, algo aceptable porque mis compañeros suelen tardar lo mismo en llegar viviendo mucho más cerca.
Sí, contamino por vivir tan lejos, pero lo hago con el coche más limpio que me he podido permitir, un Toyota Prius a GLP que contamina muy poco en cualquier sentido (CO2, HC, NOx, PM, etc). A veces echa por el escape un humo más limpio del que traga por la admisión
En un pueblo como el que vivo da igual que todos los coches tengan 15 o 20 años. La densidad de población es baja, corre el aire de la Sierra, y no hay problemas de salud ligados a la contaminación por el tráfico. Una ciudad grande es otra cosa, la densidad circulatoria es tal que la contaminación se embolsa, a menos que haga viento o llueva, y la población potencialmente jodida no son unos pocos miles, sino millones. La dimensión es completamente distinta.
Según datos del Ayuntamiento de Madrid (ver informe de 2014), el vehículo privado es el responsable de más del 60% de las emisiones del tráfico, por lo que es evidente dónde hay que recortar. Los autobuses de la EMT solo aportan la sexta parte del humo en el anillo de la M-30, y si lo ajustamos a su nivel de ocupación, es que hablamos del chocolate del loro. Además, Madrid está erradicando los autobuses diésel por otros que funcionan con GNC, híbridos, eléctricos… pero se tiene que terminar con la vida útil de la flota existente por un simple criterio de racionalidad económica.
Sí, es una putada que se impidan circular a vehículos que por su edad o motorización son origen del problema. Podemos hacernos pajas mentales sobre la contaminación de las industrias de la periferia, las calderas o los fumadores que salen al exterior. Si hablamos de emisiones en el transporte, hablamos de emisiones en el transporte, no de si la abuela fuma. Y esas emisiones hay que reducirlas. ¿Están los ciudadanos dispuestos a gastarse 1.000 a 2.000 euros en transformar sus vehículos para contaminar menos? Ya, ya, va a ser que no.
Bastaría con forzar a todos los dueños de los diésel a instalar filtros de partículas y catalizadores especiales, con carácter retroactivo, y meter en la cárcel al que circule con algún sistema anticontaminación suprimido, por delito contra la salud pública. Los que usan gasolina, que se adapten para funcionar con GLP. Bajaría la contaminación a un nivel impresionante, mucho más que con las soluciones tecnológicas propuestas por el compañero de profesión Sinde. ¿Quién paga eso? ¿Debe hacerlo Carmena de su bolsillo? ¡Cierto, olvidaba que la alcaldesa trajo la contaminación a Madrid, y que desde Ana Botella hasta Carlos III fue la ciudad más limpia del mundo!
Siempre va a tener que joderse alguien, la pregunta es quién
Si queremos un modelo a seguir, ese modelo es Tokio. Es una ciudad donde viven varios millones de personas en un área relativamente pequeña. Los vehículos diésel son una rareza como lo son los Lamborghini. El transporte público funciona de puta madre. Los taxistas usan gas, no gasóleo. La ciudad está limpia, y no es que circule poco tráfico. No se puede tener un vehículo privado (por encima de miniutilitarios) sin tener plaza de garaje asignada.
O eso, o hacemos como otras grandes capitales de países en vías de desarrollo (e incluso desarrollados), dejamos que el problema siga engordando hasta que la gente empiece a asfixiarse. Dejemos que todo el mundo se mueva con libertad, pero que luego no exija un aire limpio.
Aire limpio y motores diésel son términos opuestos e incompatibles
Grandes capitales del norte de Europa, adalides del bienestar de sus ciudadanos, van a prohibir el tráfico de motorizaciones convencionales a partir de la próxima década. Habrá más vehículos eléctricos, privados o de alquiler, más uso de la bicicleta y transporte público, más peatonalización, etc. Por ahí van a ir los tiros. El motor diésel ya ha alcanzado su apogeo, el declive es un proceso inevitable.
En el otro extremo, tenemos ciudades como Pekín, con un nivel bestial de contaminación, donde apenas circulan turismos diésel. Si tuviesen tantos petroleros sueltos como tenemos los madrileños, los pequineses se habrían extinguido, solo habrían sobrevivido los que se pueden permitir sistemas de depuración de aire en sus edificios.
¿Qué modelo mola más? Que cada uno escoja el que quiera. Las pegatinas que va a empezar a repartir la DGT son el principio del fin de la barra libre. El que quiera la máxima movilidad tendrá que apostar por otro tipo de vehículo, o alquilar según sus necesidades, o usar más el transporte público. Lo que no tiene ningún sentido es que en una ciudad donde no se cumplen los criterios de calidad del aire de la OMS circulen a diario vehículos que contaminan, con un solo ocupante, y quiera máxima libertad de movimientos y respirar aire de la Sierra del Guadarrama. Se tiene que renunciar a una de las dos cosas.
PD: Me encantan las redes sociales. La gente comenta los artículos e informaciones enlazados sin haberlos leído, suelta su bilis, y sigue con su vida. Señores, por favor, primero lean, después opinen.
Hola Javier.
No puedo estar más de acuerdo contigo. Vivo en un pueblo, tengo un fiat con glp (repostando en Alcorcón 😉 ) y en el trabajo me siguen viendo como a un bicho raro.
Se siguen comprando petroleros para hacer 15.000 km por Madrid. No me extraña que haya una boina en la ciudad.
¡Qué daño se ha hecho con los diesel!
Gracias por seguir escribiendo aquí y en las otras web.