Una de las noticias de la semana ha sido la decisión de Estados Unidos -bueno, de su particular presidente- de retirarse del acuerdo del clima de París. En resumen, los países de todo el mundo -salvo Nicaragua, Siria, y ahora EEUU- se pusieron de acuerdo para reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) para evitar que siga aumentando la temperatura media del planeta.
Para aquellos que no piloten mucho de química, seré rápido. La atmósfera de la Tierra está compuesta básicamente por oxígeno (O2), nitrógeno (N2) y dióxido de carbono (CO2). Cuanto más aumenta la concentración de este último, la Tierra retiene más calor dentro de su atmósfera, por lo que sufre un efecto invernadero: se calienta. Este calor altera la temperatura de los mares, alterando un delicado equilibrio natural (desastres) y elevando la altura del mar por deshielo de los polos.
Ahora bien, nosotros, como individuales, ¿qué podemos hacer? Lo voy a particularizar más: ¿cómo podemos bajar las emisiones de CO2 de nuestro coche? Primera respuesta y la más fácil: reduciendo el consumo: existe una relación directa entre cada litro de gasóleo, gasolina o gas y el CO2 que se emite a la atmósfera. Se suele cuantificar en gramos por kilómetro recorrido. No es un gas contaminante, ojo, que no es lo mismo. Los gases contaminantes sí dependen mucho de la forma de conducir, el CO2 solo del consumo.
Según el sistema de impuestos español, por debajo de 120 gramos/kilómetro hablamos de un modelo de bajas emisiones. En gasóleo eso equivale a 4,5 litros cada 100 kilómetros, en gasolina a 5,3 litros cada 100 kilómetros, y en GLP, 6,3 litros cada 100 kilómetros. Sí, a igualdad de consumo en litros el diésel emite más, ¡qué cosas!
Mi primer coche fue un capricho y mantenerlo lo sigue siendo. En 7 años de uso se ha quedado una media de 10,9 l/100 km de gasolina o 253 gramos/kilómetro. Eso ha supuesto una emisión a la atmósfera de 5,7 toneladas de CO2, casi 2.500 litros de gasolina.
En mi defensa diré que son poco más de 22.000 kilómetros, que es lo que un diésel normalito puede hacer en un solo año. Mentiría si dijese que he procurado emitir el mínimo usándolo, no tomo a mis lectores por idiotas, pero sí es un registro inferior al de otros Supra 3.0 Turbo de su misma añada a escala europea: lo dice Spritmonitor.
Pero mejor os hablo del coche de uso habitual. Cuando lo compré, tenía una homologación de 4 l/100 km de gasolina o 93 g/km. Ya sabía que en uso real sería más. Antes de convertirlo a gas, mi media estaba en 5,8 l/100 km y 136 g/km. Hacía mucha autopista a un buen trote. Pero quise convertirlo no solo para ahorrarme un dinero, también por responsabilidad. Pasados los 100.000 km tras la conversión, mis emisiones ahora rondan los 108 gramos por kilómetro, ya que el GLP tiene menos contenido en carbono y libero menos a la atmósfera.
¿En qué se traduce eso? Con gasolina 100.000 km equivalen a 13,6 toneladas de CO2, con gas han sido 10,8 toneladas. He conseguido evitar casi 3 toneladas de emisiones, no he compensado las emisiones del Supra, pero ese ha sido mi granito de arena. He reducido el consumo del Prius al mínimo: ruedas de bajo consumo, optimización aerodinámica/térmica del motor (9 g/km de ahorro) y mi conducción ya no baja el gasto haga lo que haga ya. Mis mejores depósitos de GLP son de 5,9 l/100 km, es decir, como si hiciese 112 g/km o un consumo de 4,8 l/100 km de gasolina. Puedo ir más despacio, pero no gastar menos, a menos que ate una cuerda a un camión, pero lo que deje de emitir lo va a hacer el camión…
100.000 km con el Supra habrían sido 25,8 toneladas de CO2, eso que ha ganado el medio ambiente
En pasta me habría costado más del triple hacer esa distancia (más de 13.400 euros solo en combustible), eso que ha ganado mi bolsillo. Si tengo en cuenta el coste medio de hacer kilómetros con el Supra, el «colorao» lo tengo más que amortizado. Además, no es una idea muy inteligente meterle más de 20.000 km al año a un coche de 1990. Solo en mantenimiento es una puta ruina.
También resulta interesante lo que se puede ahorrar optimizando las rutas. En mi desplazamiento habitual, usando GPS y paciencia, he reducido en 5 km el trayecto, de 62,5 km a 57,5 km, a la vuelta lo mismo. A una media de 20 días hábiles, eso representa un ahorro de 200 km menos ¡al mes! En 9 meses lectivos, son 1.800 km menos al año. Esa cifra, pasada a dinero o dióxido de carbono, no es despreciable. A veces las rutas que nos conocemos de memoria no son las más óptimas, conviene comprobarlo de vez en cuando con Google Maps, Waze, etc.
Hay que tener en cuenta que 1 litro de gasolina tiene más energía química que 1 litro de GLP, por eso consumo más volumen para hacer el mismo resultado
Estoy convencido de que habiendo usado un diésel durante esos 100.000 km no habría logrado bajar tanto las emisiones de CO2, es más, habría contaminado mucho más con partículas (PM) y óxidos de nitrógeno (NOx). Todo esto me ayuda a dormir un poco mejor por las noches. De haber pillado un diésel, seguramente habría tenido 130-150 CV, aunque algunos no lo crean, me gustan las prestaciones, pero no abuso de ellas. Honestamente, con un Polo de 75 CV, para el día a día, no necesito más, hasta un día en el que tengo prisa.
Lo bueno del Prius es que penaliza muy poco las prisas, en términos económicos apenas lo noto: 0,5 l/100 km más de conducción relax a normal, y 1,6 l/100 km más de conducción relax a sport-chunga. El litro me ha salido a 65 céntimos de media en 5 años, haced cuentas… Por cierto, la rueda de repuesto la he necesitado 1 DÍA en 5 años, podría vivir sin ella pero no confío en los kits antipinchazos.
Compré este coche pensando en hacer un mínimo de 300.000 km en su vida útil, por lo que evitaré por lo menos 9 toneladas de emisiones de carbono. Respecto a lo que EEUU emitirá de más es una gota en el océano, pero cada uno tiene que poner de su parte. Ojo, yo no diré que haya que ir en bicicleta o andando a todas partes.
Una cosa más, mis cálculos hay que reajustarlos porque hay un mínimo consumo de gasolina en los arranques, hasta que el motor alcanza 40 grados (cuando funciona a GLP) y durante la conducción. Hablamos de unos 1-2 litros cada 1.000 kilómetros, 2,3 a 4,6 gramos extra por kilómetro. ¿Me lo podéis perdonar?
No digo que sea un santo, podría usar el transporte público más, pero ¡me sale más caro casi siempre que ir en coche!
Y estos gestos los complemento de otra forma. Mi contrato de electricidad está adaptado para costarme menos de 23:00 a 13:00 en verano o 22:00 a 12:00 en invierno, por lo que me he obligado a consumir más electricidad en esa franja, cuando la generación tiene menos contenido en carbono, a cambio pago un poco menos en la factura. Reciclo y reutilizo todo lo que puedo, y trato de no hacer desplazamientos en coche que pueda hacer andando, pero esto tiene evidentemente sus matices.
Si esta mentalidad fuese compartida por unos cuantos millones de personas se podría evitar el impacto provocado por un presidente tonto de baba que no le preocupa cómo acabará un mundo en el que él ya estará muerto. Otros, en cambio, pensamos en dejar el mundo más decente a los que vivirán cuando ya estemos más que muertos. Es una sutil diferencia.
He compensado de sobra todas las veces que he consumido de más con la conducción de todos los días. He quemado mi parte del bosque, pero con un mínimo de responsabilidad.
Una gota de agua no hace nada, pero si se juntan las suficientes, se puede formar un océano.
Pues una de las mejores opciones para evitar la contaminación, es realizar una conversion a glp.
Gas natural en nuestro motor, si se que de este tama ya hemos estado hablando.
Pero pienso que es una de las mejores opciones a la hora de estar contaminando (recalco de que su opción más destacada es el de no contaminar)