«Mi coche se sube por las paredes»
¡Y de qué manera!
Visto en menéame.net
Siento que más de un propietario de un SUV/todoterreno se verá decepcionado por lo que va a ver a continuación, pero es muestra de que estos vehículos, que tanto se están popularizando -en parte por la aparente seguridad que venden- no son tan seguros como se piensa. Mejor una imagen para ilustrarlo:
El propietario de este Hummer tuvo que ser sacado por los bomberos y llevado a un hospital. El autobús escolar no tiene daños aparentes, y ningún niño resultó herido (iba vacío), tampoco el conductor del mismo. Ocurrió anteayer en Estados Unidos.
Ojo, los autobuses escolares americanos son vehículos muy resistentes, pero aun así, en una colisión donde se ve implicado un vehículo de este tipo, sus ocupantes no salen mejor parados que en un turismo con 5 estrellas EuroNCAP, pero qué os voy a decir del pobre contra el que choque. La física no perdona, y tanta masa se convierte en energía asesina.
Fuente: Indystar.com | Vía: menéame.net
Esta vez, un toque de humor. Jamás se me habría ocurrido un sistema tan bueno para evitar que me roben el coche. Ni alarma, ni localizador GPS, ni candados, ni garaje. Simple, barato y efectivo.
Una imagen vale más que mil palabras, pero siempre viene mejor un video. Encontré en Diariomotor un cuidadoso trabajo de preparación para que el Ford GT, rescatado de la Historia por sus victorias en Le Mans y cuya producción acaba de finalizar (4.000 ejemplares), prácticamente doblase su potencia. Es un ejemplo más de lo que se puede conseguir en la actualidad con el matrimonio de la electrónica y la industria automovilística.
Los mayores de 30 años seguramente conozcan este capítulo de «La Segunda Oportunidad». En él se explicaba que una curva no puede ser siempre la misma y que hay que andar con ojo. Para «ilustrar» este hecho, tiraron por un puente un SEAT 850, con nefastas consecuencias para éste:
Más de uno se preguntará si el coche permanece ahí actualmente, ya que donde quedó, el acceso era complicado. El enigma quedará resuelto en pocas líneas de lectura.
Quienes han visto las dos primeras entregas de la saga «Mad Max» (1979), jamás podrán olvidar el coche que condujo Mel Gibson, el «Interceptor». Muchos os habreis preguntado qué coche es, pues bien, se trata de una versión personalizada de un Ford que se vendió únicamente en el mercado australiano.