A nadie se le escapará que no estoy demasiado activo últimamente. La Universidad me está teniendo muy ocupado en las últimas semanas. Acaba de pasar la época de las entregas, los trabajos y las presentaciones. Ahora se me echa encima la época de exámenes de 3º de ingeniería, pero creo que los prefiero a los trabajos 😉 La última semana ha transcurrido a un ritmo frenético. Terminaba una cosa y ya tenía que ponerme con la siguiente… así hasta el lunes, punto culminante de estrés estudiantil.
Creo que hay pocas más relajantes y calmantes que disfrutar de la conducción. Me gusta. El camino de vuelta a casa es un placer, y no hablo de ir a 50 Km/h ni de ir quemando bordes de neumático en las curvas. Voy a la velocidad que tengo que ir y sin prisas, llegaré cuando llegue. Conducir sin hacer «tiempos» es una actividad saludable. Es como una liberación.