
Llevo en Internet unos 18 años, quitando algún paréntesis por eso de que no existía la tarifa plana a la que hoy estamos todos acostumbrados. He visto nacer y crecer un montón de fenómenos, y uno de ellos es el de las redes sociales. Esto da para hacer una tesis doctoral, pero solo voy a centrarme en un solo aspecto: están contribuyendo a idiotizar a la población. Sí, también te afecta.
Que cada uno eche un vistazo a su muro de Facebook y me diga qué ve, eliminando fotos de bodas, de fiestas, de gatitos y de copiapega de citas célebres o inventadas. ¿Qué noticias hay? Descartamos los cebos (clicbait), las noticias falsas/bulos/hoax (que nadie se molesta en comprobar si son ciertas), y ¿con qué nos quedamos? Fundamentalmente nos quedaremos con titulares. Muchos no pasarán del titular, y ahí se quedará. A tomar por saco décadas de lucha por el derecho a la información. Es más interesante hacer un «me gusta» en una publicación sobre gatitos o la última borrachera en un garito.
Consultando las estadísticas de Pistonudos me encuentro con un artículo que ha tenido el mayor alcance del mes, es decir, que más gente lo ha visto en sus muros, miles de personas en una semana. ¿Cuántos han abierto el contenido y se lo han leído? Ni el 6%. Debo entender que se trata de gente tan preparada, informada y cultivada, que solo con leer un titular ya no necesitan leer el cuerpo, ni ver las fotos. Incluso podría estar el artículo en blanco o borrado, el 94% no notaría la diferencia.