Por marcas – JavierCostas.com
Clásicos, Reflexiones, Toyota

La cotización de los Toyota Supra A70 ya está por las nubes

Los 5 de febrero me suelo acordar que fue el día que me compré mi primer coche, hace ya 12 años. Se trataba del archifamoso Toyota Supra 3.0 Turbo Targa de 1990, que por entonces «solo» tenía 20 años, y yo 26. Meses antes me había tirado un tiempo mirando el mercado, a ver cómo estaban, para ver cuán lejano estaba el sueño de tener el coche de mis sueños -con permiso del Ferrari Testarossa-. Vaya, no me pillaba muy lejos.

Ya tuve un FAIL en diciembre de 2009 intentando comprarme uno, de camino a ir a verlo a Valencia lo habían vendido. No fue una técnica de vendedor, iba a venderlo en serio. Costaba solamente 2.800 euros. Pues resulta que en todo este tiempo estos coches ya han acabado la fase de purgatorio. Ya cayeron a su mínimo valor. El mío lo compré por 5.000 euros redondos. Ahora no encontraría uno así NI DE PUTA COÑA.

Me metí ayer en páginas de anuncios clasificados y se me cayó el alma a los pies. Por ese dinero solo hay coches donantes para piezas o que necesitan una restauración carísima -y paciencia infinita-. Las unidades decentes más bien andan por los 8.000 euros, y he visto más de uno a 15.000 y a 20.000 por el que hace 12 años no habrían pedido ni de lejos más de 8.000 euros. Las unidades decentes no bajaban de 6.000 entonces.

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Personal, Toyota, Turismos

Me he comprado un Toyota Paseo

Hace tiempo que venía rumiando la idea de comprarme un Toyota Paseo. La primera vez que me fijé en uno de estos coupés humildes de finales de los 90 fue cuando vivía en Sevilla, vivía bien con el dinero que ganaba y era un simple capricho razonable. Esta vez me he desquitado, ahora que vuelvo a respirar a nivel financiero al trabajar con gente que valora lo que hago de forma justa. Estaba hasta los cojones de pasar penurias económicas y de no poder permitirme un buen capricho.

No necesito este coche para nada, ya tengo dos, y lo he comprado por la simple razón de que me salió de las pelotas. También lo he comprado por fastidiar: no tiene distintivo ambiental (donde vivo, es un adorno en el cristal), es un coupé (estoy harto de tanto puto SUV), ligero y divertido, tiene 24 años (¡Pere! ¡Soy un peligro rodante!), me apetecía tener un utilitario con un mínimo de personalidad, la marca ya la conozco de sobra, y se cruzó en mi camino una unidad muy decente. Lo vi un jueves y me lo llevé un sábado por la mañana. Es mi cuarto Toyota.

Cumple con los tópicos y están verificados: casi siempre garaje, único dueño, no fumador, no circuito, no cortes de inyección, mantenimientos en la casa durante los primeros 13 años, etc. Era de un señor mayor, de la edad de mi abuelo, a quien he transmitido a través de su hijo que esté tranquilo, que cuidaré mucho de su coche y no pisará un desguace a menos que me hostien. Seré su segundo dueño. Continue Reading

Deportivos, Personal, Toyota

Una nueva obsesión, empieza por Toyota y acaba en GT 86

Hoy he tenido un auténtico flechazo. Como cuando me enamoré por última vez. Me atravesó cual trueno a un instalador de pararrayos trabajando en plena tormenta eléctrica o como un disparo de un rifle Arctic Warfare Magnum a quemarropa. Ya me había fijado en muchos Toyota GT 86 y hace años que quiero comprarme uno, pero no me lo puedo permitir. Pero vi «la unidad». Rojo, brillante, matrícula JCF (mis iniciales), y en un sitio donde se venden coches. Pregunté por él, me dijeron que era manual.

Durante unos instantes me imaginé todos los sacrificios que tendría que hacer para pagar otro coche a plazos, porque a tocateja ahora no me puedo permitir ni un cacharro. Me vi haciendo dieta, quitándome de ocio, viajes al extranjero, sin ir a conciertos ni festivales, sin hacer gasto en ropa «porque sí» o algún complemento chulo… Me duró segundos, todo eso ya lo hago. Me asomé al interior, la palanca era del automático. Se me cayó el mundo encima. A ver, no va mal, lo he llevado en circuito, pero no es el tipo de coche que me importaría tener automático.

La locura me duró poco, lo mismo que me dura el dejarme el pelo largo u otras cosas que no son correctas de decir en público. Sin embargo, el poso ya se ha quedado en mi inconsciente. He estado mirando anuncios de GT 86 a la venta en Madrid, en España… y a nivel europeo. Ya tengo fichados los buenos y malos precios, qué unidades son más o menos deseables, hasta qué modificaciones merecerían la pena y cuáles no. Hasta he pedido presupuestos a mi aseguradora (que no da precio, será que «pasan») y en un comparador de seguros.

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Curiosidades, MINI, Turismos

He tenido muchos coches de prensa, pero siempre guardo un recuerdo especial para algunos. Uno de ellos fue este MINI One D (R50) que tuve cedido en agosto de 2005. Recuerdo perfectamente la emoción de sentarme por primera vez en su asiento después de que Manuel, el que entregaba los coches, me diese las llaves. Yo acababa de estrenar los 22 años.

No pude irme especialmente lejos con él, entre que estaba tieso de dinero y que estaba ya estudiando para recuperar las cuatro asignaturas que me habían quedado en primero de carrera. Al menos pude hacer un viajecito «corto» a un pueblo perdido de Guadalajara, con unas carreteras de curvas preciosas y muy disfrutables para los 88 CV que tenía el aparato -motor Toyota, por cierto-, y a la tierra en la que me crié y mi «playa», el embalse de El Atazar y alrededores.

Era un coche estupendo: andaba lo que tenía que andar, gastaba muy poco (fue fácil bajar de 4 l/100 km de gasóleo, cuando el litro bajaba del euro), iba razonablemente equipado y tiene una estética bastante intemporal a pesar de sus toques de diseño retro. Fue de esos coches que me fastidió devolver cuando se cumplió la fecha del préstamo. Continue Reading

General, Toyota

Tarde o temprano esto tenía que pasar. La radio original de mi Prius dijo «basta» a los 9 años de uso, y el Supra tiene una radio obsoleta. Los dos coches tienen un hueco 2DIN, es decir doble hueco, y me planteo un proyecto chulo para ambos sin que me cueste una fortuna. Dado que Internet es un lugar ideal para acumular conocimiento, lanzo esta propuesta para todo el que pueda mejorarla, participar u ofrecer sus propias soluciones.

Los objetivos del proyecto pueden llevarse a cabo con una solución comercial (comprar e instalar) o con una solución artesanal que requiera pocos quebraderos de la cabeza, esto es, pasando de soldar o que precise de un máster en bricolaje. Si no está todo ya hecho, al menos que sea algo asequible a nivel de hardware y sin ser un experto en software. En otras palabras, artesanal, pero no para frikis del DIY.

En primer lugar, el sistema tiene que tener la capacidad de reproducir música de las siguientes fuentes: FM/AM, CD (deseable), DAB (deseable), USB, tarjetas SD (deseable), Bluetooth Audio, y, a ser posible, tanto en formatos convencionales (MP3, CDA, WMA) como avanzados (FLAC, DTS, APE, AC3, DVD Audio en disco o en imagen, etc.) En segundo lugar, es imprescindible la funcionalidad de Android Auto, el Apple CarPlay si lo tiene mejor, no me veo con un móvil de la manzanita, pero esto puede servirle a más gente, así que sería deseable también. Obviamente, debe haber una funcionalidad completa de teléfono manos libres.

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Curiosidades, Dacia, Renault

En 1999 la firma Renault tuvo una idea que ha demostrado ser excelente: desarrollar una gama de coches económicos pensando -en primer lugar- en los países en vías de desarrollo. Internamente se llamó “Program Entry”, pero se acabó materializando en la marca Dacia. Esta ya existía, llevaba años produciendo viejos Renault bajo licencia en Rumanía.

Renault compró Dacia, levantó una fábrica nueva y sacó el Logan en 2004, un coche muy espartano por entonces. Se probó suerte en mercados desarrollados -como en francés o español- y el éxito fue inmediato. Esos coches no solo los compraban las personas con menor poder adquisitivo, también los que no pensaban gastarse más en un coche nuevo de lo que se gastarían en uno usado. En mi archivo de pruebas puedes ver qué opinaba del primer Dacia Logan que llegó a España (y era el tope de gama).

Con el tiempo llegaron nuevas versiones, como Sandero (2008), Duster (2010), Lodgy y Dokker (2012). Todos parten de la misma plataforma, la A0, amortizadísima. Dacia apenas se gasta dinero en i+D, siempre utiliza componentes ya desarrollados, las opciones son mínimas, la red comercial es existente (la de Renault), se ajustan a lo que pide el cliente medio y sus precios son muy atractivos. Continue Reading

Eléctricos, Personal, Tesla

El Tesla Model 3 Standard seguramente reemplazará a mi Prius

Cuando compré mi Toyota Prius en agosto de 2011 lo hice con visos a que durase mucho tiempo. Cuando lo convertí a GLP en mayo de 2012, me reafirmé en la idea. Ya tenía la máquina de ahorro definitiva (4,28 €/100 km de media en combustible en 120.000 km) y me había de durar el máximo posible. Usaré ese coche literalmente hasta que se caiga a pedazos.

Algún día puede que tenga que reemplazarlo, y pensando a largo plazo, el candidato idóneo parece el Tesla Model 3 Standard, el de los 35.000 dólares (espero que baje de precio en cinco años o más). Me basta con la propulsión trasera, meter otros 5.000 dólares en la tracción total me parece tirar el dinero, con unos buenos neumáticos no echo de menos para nada la versión 4×4. Con 55 kWh en baterías tengo de sobra para casi todas mis necesidades, que a veces hago 250 km sin salir de mi provincia (y rara vez pasa).

Para viajar, siempre podré tirar de los supercargadores de alta potencia, total, ya estoy acostumbrado a hacer una pausa de 15-30 minutos en un viaje de 400 kilómetros o más, y si quiero irme aún más lejos y falla la infraestructura, ya he pensado en el comodín. Me agenciaré un BMW diésel de la Serie 3 (330d , 335d o 340d) Euro 5, que como no los querrá casi nadie tendrán precios de risa, y en viajes largos me dan igual las limitaciones anticontaminación. Prometo mantener todos los sistemas antipolución en el mejor estado, qué duda cabe. Problema de autonomía solventado, y tendré un coche que corre mucho y gasta poco.

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Curiosidades, Ford

No se le echa gasolina a un Ford GT todos los días

Era un día un poco gris, como por la mañana. Vi acercarse a donde yo estaba, una gasolinera pequeña, un deportivo azul muy llamativo. Cáspita, era un Ford GT, de esos coches que ves si acaso un par de veces al año. Me llamó la atención que era descapotable y que en su interior estaba un pez gordo de la industria. Se parecía mucho a Karl-Thomas Neumann -ex CEO de Opel- pero no, era Alan Mulally -ex CEO de Ford-.

El viejo tunante vendría de pasárselo de fruta madre con el «coche de empresa» y tendría sed (sobre todo el coche). Entablé una breve conversación con él en inglés, y acabé ofreciéndome a echarle yo la gasolina, supongo que por alargar la cháchara. No había que poner poca cantidad, porque con menos de 20 euros con ese coche no se puede circular más que un ratito, y le di al gatillo sin piedad. Le pregunté que si lo quería lleno, y me respondió que no. Me había despistado un marcador digital en la manguera, no sabía si eran litros, euros, galones o dólares. «Litres», respondió.

Tarde, ya le habían entrado 89,17 litros, pues sí que tiene capacidad el depósito de este cacharro. Hizo el ademán de sacar un billete en euros, creí reconocer uno de 100, pero había algún problema, creo que no había reparado en que era un surtidor automático con los que suele pagar con tarjeta. «Bueno», me dije, «un ejecutivo que gana millones de dólares al año tendrá una colección de tarjetas bancarias.» Pues no las llevaba encima, menudo marrón.

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