Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Ahí va una ración para los creadores de la aplicación móvil e-park para pagar la zona azul o verde en varias ciudades, incluyendo Segovia. Normalmente cuando pruebo una aplicación móvil quedo con mejor sabor de boca, pero esta vez aún me resulta amargo el trago. He salido un poco perjudicado, a cambio voy a tocar un poco las pelotas, que no falte el derecho a la pataleta.
A finales de diciembre me acerqué a las oficinas de la DGT de Segovia para hacer un trámite, ya que en Madrid me daban cita para enero (o no me la daban) y me corría algo de prisa. En otra ocasión que fui allí utilicé el aparcamiento subterráneo, del Acueducto, que en solo una hora fue un buen pico. No quería otro sablazo, así que opté por aparcar en la zona azul, a la vista de que aparcar gratis implicaba andar un trecho enorme.
Hice un primer estacionamiento y lo pagué de la forma tradicional, en la maquinita de la acera, puse mi tique, y cuando volví no había multa pues andaba sobrado de tiempo. Me desplacé a otra parte de la ciudad donde me llevé otro navajazo, 1,80 euros por imprimir dos hojas a color. Era un anticipo de lo que me venía encima. Tenía que volver a la DGT con nuevos papelitos. El segundo estacionamiento lo pagué con la aplicación e-park, en la que tuve que hacer una carga inicial de 5 euros, que debían sobrarme para aparcar durante horas. Iluso de mí.