No es un secreto para nadie que no apoyo la causa independentista catalana, pero una cosa tengo muy clara: el boicot a productos catalanes es un error. Querer «castigar» a las empresas, sus empleados y sus proveedores solo profundiza en el victimismo y echa gasolina al fuego, tampoco ayuda a los catalanes que se sienten tan españoles como cualquier otro. Además, hay que tener en cuenta algunos conceptos de economía moderna.
Esta imagen circula desde hace tiempo por Internet y redes sociales, invitando a castigar al Grupo Volkswagen-Audi en España solo por tener las sedes sociales en Cataluña. Siguiendo ese mismo criterio, habría que castigar a Honda (Sta. Perpetua de Mogoda) y a Nissan (Barcelona). ¿Qué más da que Honda no fabrique coches en España? Ojo, sí fabrican motos, bajo marca Montesa.
Procedo a desmontar los motivos de este boicot, pero sin necesidad de aportar mi ideología, basta con situar en el mapa las fábricas. No es muy difícil hacer boicot a productos españoles queriendo castigar únicamente a «los catalanes», y mandar el dinero a países extranjeros. Vamos, que es pegarse un tiro en el pie hacer un Froilán en toda regla: