
Cuando era un preadolescente entré en contacto con aquellas películas que se hicieron en la España de la transición democrática, principalmente las que tenían en su reparto a uno de los hermanos Ozores (Antonio o Mariano), Fernando Esteso o Andrés Pajares. Las veía porque me hacían gracia y -lo admito- por las chavalas. En los primeros años 90 ese tipo de contenido no estaba tan a mano como lo es hoy. Cuando salían en la televisión había que aprovechar.
Hoy me llegó por correo una de esas películas que conservaba en una cinta VHS medio podrida, «Los energéticos» (1979), descatalogadísima y en DVD. Bajo el prisma actual, es una película rancia, de humor casposo, con desnudos gratuitos -siempre de mujeres de buen ver- y con varias ofensas hacia diversas sensibilidades; una «españolada». Como dice mi profesor de Historia de España, tenemos que ver el pasado con gafas del pasado para no sufrir miopía.
En aquel entonces ese tipo de cine fue totalmente rompedor, durante el franquismo no se podía opinar libremente sobre política ni mucho menos enseñar desnudos. Muchas de esas películas usaron el género de la comedia para mostrar cómo era la sociedad de entonces, con mucho cachondeo y pechos al aire, pero quedarse ahí sería injusto. Esas películas almacenaban muchos mensajes e ideas que, de niño, se me pasaron totalmente por alto. No todo era erotismo gratuito.