
Allá por primavera, instalé en el blog un servicio pensado para que los lectores, mediante pequeñas donaciones (0,10 a 2 euros) pudiesen colaborar con los gastos de esta página y llevarme alguna compensación por el esfuerzo de mantenerla. Dropcoin nació como una especie de «me gusta» remunerado, y lo adoptaron algunas páginas importantes como Politikon o JotDown. La empresa acaba de anunciar su cierre por ser económicamente inviable.
El «todo gratis» se ha llevado por delante otro proyecto, no terminamos de asumir (y lo digo también por mi cuando hago de visitante) que los artículos no se crean por generación espontánea, y que tienen a una persona echando tiempo detrás, no necesariamente forrándose. Es una pena, pero somos así.
En el tiempo que estuvo activo el botón de donar, no ha entrado un céntimo, pero sí me han entrado donaciones por Paypal. A los donantes les doy las gracias, no diré sus nombres porque no he pedido permiso para publicarlos. Las cantidades han sido lo de menos, me quedo con el gesto. La idea de Dropcoin era buena, ayudar a los creadores con aportaciones simbólicas, generando impuestos y una pequeña comisión para el mantenimiento de la propia empresa y el servicio.