Hace ya dos semanas tuvo lugar la presentación internacional del Renault Mégane en Sevilla, y pude asistir en un grupo muy reducido de periodistas. Se han presentado las versiones normales (5 puertas, Coupé, Sports Tourer) y la deportiva (Mégane RS).
El Mégane II me pareció un coche harto correcto, pero desprovisto de alma. Que sí, muy práctico, cómodo, espacioso, seguro, buenos motores… pero fallaba en el componente emocional, salvo que te gustase el diseño y eso era más bien cosa de gustos. Con la tercera generación es otro rollo completamente distinto.
Hasta me planteé adquirir uno en su día, aunque se me pasó rápido, la carrocería familiar es la que más me atrae. Los gasolina vuelven a ser atractivos, y los diesel también pero con excepciones. Por ejemplo, es tontería comprarse el GT 2.0 dCi de 160 CV, cuesta 3.200 euros más que el gasolina equivalente (180 CV).