Hay muchos conductores que piensan que conducir un híbrido no tiene nada de emocionante, sobre todo si se trata de conseguir un consumo bajo. Menudo coñazo, ¿verdad? ¡Error! La conducción eficiente puede ser más divertida que la «normal», especialmente cuando se «compite» para conseguir el mejor resultado. Doy fe de ello, ya he participado en dos ocasiones.
Uno de los concesionarios de Madrid, Kobe Motor, lleva unos años organizando un desafío para conductores de Toyota híbridos, en el que se premia la conducción eficiente, pero con unas normas. Los participantes tienen un tiempo determinado, a velocidades medias entre 50 y 60 km/h. Además, dentro del recorrido existen tramos de regularidad, en el que hay que procurar mantener un ritmo constante durante unos pocos kilómetros.
Esto, que a vuelapluma puede parecer muy sencillo, es más difícil de lo que parece. No se hace en un circuito, se hace en vías públicas, donde hay imprevistos de todo tipo: semáforos, un grupo de ciclistas, un tractor… En realidad se circula dentro del tráfico normal, porque no se trata de una carrera. No es necesario infringir ninguna norma de circulación, sobre todo si se hacen las cosas bien.