Quien siga habitualmente este blog conocerá algunas entradas que he ido escribiendo relacionadas con el tema de la velocidad, con particular mención a las autopistas alemanas Autobahn, donde en determinados tramos no hay límites de velocidad, y en el resto, hasta 130 Km/h.
La fiebre por el ecologismo ha estado a punto de alterar, al menos por ahora, esa peculiaridad de las autopistas alemanas. La canciller Angela Merkel ha logrado que no se impongan límites de velocidad en las zonas donde actualmente no hay, por el tema de las emisiones de CO2.
Cabe señalar que el consumo y las emisiones de CO2 aumentan muy rápido según se supera la barrera de los 120-130 Km/h, de forma no proporcional, sino mas rápida. Un automóvil a 240 Km/h contamina más del doble que a 120 Km/h, y con el consumo más de lo mismo. En los tramos de Autobahn donde no hay límite, habría un foco de contaminación que la UE y los ecologistas quieren suprimir.
Tarde o temprano puede que lo acaben consiguiendo, al menos no por ahora. La industria automovilística alemana se vería muy afectada si la velocidad máxima que desarrollan sus turismos dejase de «tener importancia».
Alemania es un país muy grande, y para moverse con relativa rapidez a lo largo de su vasto territorio, su red de autopistas -las primeras existen desde la época del III Reich– con tramos sin límite de velocidad viene bien para mucha gente. A algunos ejecutivos, por ejemplo, prefieren hacerse una distancia de 500 Km en 2 horas y media en coche que tomar un avión (y es más barato). Son autopistas muy especiales, no simples «pistas de carreras», diferentes a lo que tenemos por aquí, en Italia, Suiza… y por eso no es muy viable la implantación de su modelo en otros lados.
El carácter ecológico está haciendo al sector replantearse muchas cosas, unas veces para bien y otras para mal. Se está hablando de los límites de emisiones para dentro de unos años, de usar híbridos, combustibles alternativos, gravar fiscalmente a los vehículos más contaminantes… Eso nos lleva a que los aumentos de los límites de velocidad a nivel europeo no tienden precisamente a subir, más bien a quedarse como están… a menos que el consumo se reduzca considerablemente.
Por ejemplo, a la industria americana ya le empiezan a salir los enanos. Sus todopoderosos motores de alta cilindrada y enorme consumo están perdiendo popularidad frente a los híbridos japoneses e incluso, poco a poco, por los eficientes motores diesel europeos. Si la industria europea no se pone «las pilas», puede ver como le pasa lo mismo que a los americanos.
Los nipones, que estan más concienciados por el desarrollo sostenible, están haciendo avances significativos en las tecnologías más verdes. En el mercado español se venden actualmente dos híbridos: el Toyota Prius y el Honda Civic Hybrid. Sinceramente creo que si no se comercializan más unidades es por que los fabricantes «no quieren». Si estuviesen tan publicitados como el Megane o el Ibiza, otro gallo cantaría. Después de probar un híbrido hace ya 2 años, no pude entender cómo no tenían más éxito.
En España, según datos de 2005, los automóviles consumen el 15% del combustible que gastamos, y el 32% de las emisiones de CO2 son causadas por el transporte por carretera en general. Y pensar que de todo ese petróleo alrededor del 15-20% se usa realmente para impulsar al automóvil, da que pensar.
Fuente: Autoblog Spanish
Siento la confusión. El apellido Costas se me quedó clavado de pequeño cuando veía aquel famoso programa «La segunda oportunidad» y el famoso vídeo de la piedra.
Ya he corregido los errores del blog, menos mal que estas cosas tienen fácil solución.
Un saludo y enhorabuena por el blog.
Recuerdo haberme subido contigo a esa maravilla de Toyota cuando vivía en Madrid. La sensación de avanzar en absoluto silencio fue una gozada!
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