Hay religiones que impiden trabajar en sábado, otras beber alcohol, y la mía prohíbe meterme en atascos. Prefiero hacer 20 kilómetros más haciendo caso a Waze y evitar quemar mis nervios. Cuando llevo un automático el estrés es inferior, pero con un manual me dan ganas de protagonizar mi particular día de furia.
Alguna vez he pensado en evadirme de un atasco de formas creativas, mediante los gadgetomuelles en el coche, salir volando o que se habilite un carril especial para salir echando viruta. Al menos las dos últimas ideas son menos absurdas y están siendo estudiadas por algunas mentes preclaras.
Lo de salir volando está en estudio por parte de Airbus e ItalDesign, que presentaron la idea en el Salón de Ginebra. Su idea se llama Pop.Up, son vehículos que pueden dividirse en dos y mandar la parte del habitáculo por vía aérea. Es como usar drones, pero a lo bestia. La parte del chasis-motor (terrestre) se zafará del atasco cuando pueda e irá a una base donde llegarán unidades aerotransportadas. Miedo me da pensar en el coste, a pesar de que todo sea eléctrico.
En cuanto a lo de los carriles especiales, hay dos ideas que me parecen muy interesantes. Una es de Elon Musk -CEO de una empresa llamada Tesla- y consta de túneles subterráneos donde plataformas autónomas llevan los coches por debajo de la ciudad a toda leche, unos 200 km/h de punta.
No hay intervención humana ni peligros aparentes. Eso sí, la infraestuctura es cara. Puntos concretos de la ciudad hacen las veces de ascensores, donde los vehículos descienden al carril subterráneo, o donde se reincorporan a la circulación.
Esta otra idea me parece más fácil de realizar. Dos estudiantes de Berkeley –Anthony Barrs y Baiyu Chen– han tenido una idea parecida, el Hyperlane, que es un carril especial, exclusivo para coches autónomos, donde un ordenador central dirige el tráfico a velocidades superiores a 160 km/h.
De esta forma se puede desviar tráfico a puntos remotos de la ciudad, más rápido que atracadores de bancos, y sin los riesgos inherentes a conducir a alta velocidad. Su coste, unos 7 millones de euros por kilómetro.
Todo esto tiene sentido en ciudades grandes y con alto poder adquisitivo, no me lo imagino como un servicio asequible, primero por costes, segundo porque si no es exclusivo, el problema será el mismo
Las ideas son cojonudas, pero tienen un problema: serán de pago extra. Librarse de los atascos seguirá siendo un problema de clases, aunque muchos podríamos puntualmente pagar 10-20 euros (o los que sean) si salir de ese atasco es una cuestión vital, no tanto para todos los días. Además, tampoco estarán disponibles en un tiempo muy breve, por lo que habrá que seguir armándose de paciencia en los atascos, buscar rutas alternativas donde no existan, o cambiar los puntos de origen y destino.
En mi humilde opinión, las tendencias están impulsadas por dos hechos: el primero es que las autoridades municipales quieren desterrar el transporte privado de los centros urbanos y el segundo que la automatización de la conducción banalizará el automóvil, dejando de lado su parte emocional y lúdica convirtiéndolo en una especie de electrodoméstico que realizará una función más y por ende, igual deja de tener la importancia que tiene su posesión y nos acercaremos al vehículo de alquiler puntual en caso de necesidad. Eso si, como con las bicicletas, quedará ese apartado lúdico que he mencionado, algo residual e igual confinado a rutas o circuitos delimitados.
Como he dicho, es una opinión…
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A mi me encanta conducir, pero lo ideal sería que no hubiera ni coches ni motos, solo transporte público rápido. Si este fuera barato y eficiente, nos daría a todos menos dolor de cabeza y llegaríamos a tiempo a cualquier parte. Pero si, entiendo los nervios de cualquier atasco.