Los cinco años que llevo estudiando periodismo de forma académica (uno de oyente y otros cuatro matriculado) me han hecho ver muchas cosas con bastante más perspectiva. Hoy voy a destripar una película que de pequeño me chifló, «Águila de acero», aunque la traducción correcta habría sido «Águila de hierro». Ahora, con lo que sé, la puedo catalogar como una película de acción, militar y propagandística.
El argumento es aparentemente simple: el hijo de un coronel de las fuerzas aéreas de EEUU que es derribado en un país árabe sin identificar -apesta a que se refieren a Libia- intenta un rescate ante la inoperatividad de la diplomacia. Logrará su objetivo con un coronel que se encuentra en la reserva, y unos amigos suyos -todos hijos de militares- que conseguirán poner a su disposición medios del ejército más poderoso del mundo. Si cuento más, reviento la película entera.
Esta película salió el mismo año que «Top Gun», en EEUU en enero de 1986, en España el 30 de junio de ese año. Cogía varios elementos de distintos subgéneros, como el de propaganda «reaganista» (la guerra fría estaba en uno de sus puntos más calientes), individuales contra un ejército entero, adolescentes que consiguen grandes gestas, o que la vida de un estadounidense vale más que la de todos los enemigos; un poco de todo. Se adorna el resto con música cañera de los 80 y una ¿buena? realización.