Este año tan particular estoy consumiendo más realidad que ficción ante la «caja tonta», aunque a veces hay que desconectar completamente del presente que vivimos. Una de las mejores distracciones que he encontrado es «Veneno», una serie que se ha estrenado en Atresmedia Premium, en abierto solo han echado los dos primeros capítulos. Fue el 25 de octubre, y ahí es cuando la descubrí.
Me declaro un profundo ignorante sobre quién fue «la Veneno», Cristina en su vida adulta y Joselito en su juventud. Cuando saltó al estrellato -como quien dice- todavía iba a los dos últimos cursos de la EGB (1996-1997), y aunque me veía el comienzo de «Esta noche cruzamos el Mississippi», que era la parte digamos más suave del programa, las apariciones de la persona en cuestión ya eran cuando estaba frito. Exonero a mis padres de toda responsabilidad por haber visto ese programa con menos de 14 años. Podéis llamarlo rebeldía adolescente si eso. Cosas mucho peores ve la chavalada hoy día en sus teléfonos móviles y a edades más tempranas.
Lo que más recuerdo del programa de Pepe Navarro fue la parte de las risas, los doblajes de películas de Chiquitistán por parte de un prematuro Florentino Fernández, o el descubrimiento de esos temazos del rock que acabaron en recopilatorio en cintas y CD. Pude hacerme con una copia de una cinta, algo es algo. Sigo oyendo esa música. Pero volviendo a «la Veneno», pues sí, no recuerdo haberla visto en directo. Había oído hablar algo de una transexual que salía en la tele liándola, pero poco más. Quien se haya perdido esa época de la televisión o la quiera recordar, puede ver un recopilatorio en Youtube.