La segunda parte de la prueba de consumo con la Dobló 1.3 Multijet consistió en un viaje de ida y vuelta a Valencia desde Madrid, pero esta vez, con el vehículo bien cargado. El viaje comienza en Villalba (40 Km. al noroeste de Madrid), a las 7 de la mañana en verano. La carga inicial era mi acompañante y yo, mas numeroso equipaje, que ocupaba la mitad del maletero de la Dobló.
Como puede apreciarse en la imagen, su capacidad de carga en versión mixta no es para tomársela a broma, pues es capaz de albergar 750 litros de volumen, sin mover los asientos. El reposacabezas central fue retirado para mejorar la visibilidad por el retrovisor interior, ya que esa plaza no iba a ser ocupada por nadie. Abatiendo los asientos, la capacidad de carga es de 3.000 litros. La versión comercial de carga ofrece 200 litros adicionales en batalla corta y 800 litros más si es de batalla larga.
La siguiente escala: el centro de Madrid, donde había que recoger a dos pasajeros más y numeroso equipaje, hasta completar todo el maletero. La plaza central fue útil para albergar alguna bolsa de viaje, convenientemente sujeta con el cinturón de seguridad y sin dejar ningún objeto a su libre albedrío. No hay que olvidar que todo objeto que viaja en el automóvil, lo hace a la misma velocidad. No hay que dejar ningún objeto suelto que pueda salir despedido en un frenazo/accidente y causar daños a los pasajeros o al propio vehículo.
Evidentemente, el aumento de peso requería revisar el inflado de los neumáticos. En total, conductor, acompañantes y carga no llegaban a superar los 600 kilogramos que es capaz de transportar la Dobló Panorama con el motor 1.3 de 70 CV. El total, incluyendo combustible, herramientas… era cerca de 1.700-1.800 Kg. En la primera gasolinera que nos fue posible parar, revisamos la presión de los neumáticos y establecimos las recomendadas por Fiat en el manual de instrucciones.
La correcta presión de inflado influye positivamente en la seguridad de marcha del vehículo y en el consumo, pues un neumático mal inflado provoca mayor resistencia al avance y una mayor degradación del mismo. Otro detalle que no se le debe escapar a nadie es que con carga, hay que variar la regulación en altura de los faros, conviene revisar el manual ante dudas de este tipo.
Tras haber repostado, continuamos el viaje. Una vez pasada la Comunidad de Madrid, la A-3 es una autopista relativamente tranquila. No se encuentra mucho tráfico, a menos que esté cerca una ciudad. Antes de la instauración del carnet por puntos, la A-3 sufría de un mal endémico: los tocapelotas. Estos sujetos se dedicaban a circular a mucha velocidad, como mínimo 150-160 Km/h, con el intermitente puesto todo el rato a la izquierda y, sobre todo, molestando a los demás.
Si te sorprendían adelantando a un camión a 110-120 Km/h, se ponían detrás tocando el claxon y tirando ráfagas, como si estuvieses interrumpiendo su sagrado derecho a correr y tu no merecieses ocupar la calzada. La mayoría de estos seres solían conducir coches alemanes de gran cilindrada, que todos sabemos de qué marcas son y qué tipo de conductor está al volante. Todo un incordio.
Nosotros circulábamos a una velocidad de crucero de 110 Km/h, con el aire acondicionado, procurando mantener la velocidad para optimizar el consumo y, en caso de necesitar adelantar, no superamos los 130 Km/h. En primer lugar, había que respetar los límites, pero en segundo lugar, costaba acelerar con tanta carga y por un leve desajuste (que en un modelo puesto a punto no pasa) se empezaba a notar un temblor en la columna de la dirección que no aconsejaba ir más rápido. Además, nuestra Dobló tampoco contaba con frenos ABS, lo que sumado a la carga y al propio sentido común, sugería tomarse las cosas con calma.
Este mensaje debería calar hondo en los conductores de vehículos comerciales, que empiezan a llevar furgonetas y furgones muy potentes, en ocasiones más rápido de la cuenta, con sus carnets B1. Las reacciones dinámicas de un vehículo cargado superando los límites de velocidad son dificilísimas de controlar en una situación complicada, y lo más fácil es tener un accidente. En resumen: con un vehículo comercial, importante respetar los límites, pero si encima se lleva carga, puede ser cuestión de vida o muerte.
Alcanzamos Valencia a las 5 horas de haber salido de Villalba, contando el tiempo que «perdimos» recorriendo Madrid, con su tráfico matutino en hora punta. Fueron 405 kilómetros, recorridos a una velocidad media de 80 Km/h, con un consumo medio de gasóleo de 6,7 litros a los 100 Km. A pesar del aumento de peso, no difiere mucho del consumo obtenido en el viaje Madrid-Murcia comentado en un artículo anterior. Hay que tener en cuenta que el tráfico urbano aumentó la media del consumo.
Lógicamente realizamos una parada intermedia para descansar, estirar las piernas, y comprar algún refresco. En los viajes largos, se hace muy recomendable parar cada 2 horas de viaje, sin que haya que esperar a estar cansado. La fatiga es un terrible enemigo del conductor, y es la causa de muchos accidentes sin motivo aparente. Si las condiciones psicofísicas del conductor no permiten ni 2 horas, se parará antes. Ante todo, la prudencia.
Viaje de regreso
A la hora de volver, las condiciones eran las mismas que al llegar a Valencia. Las ruedas con su presión adecuada, 4 adultos y numeroso equipaje, aunque con un poquito más de peso, sin superar el máximo autorizado. La salida de la ciudad supuso una prueba interesante para la Dobló, pues hay que subir desde casi el nivel del mar hasta las montañas que hay en la frontera con Castilla-La Mancha. Son pendientes de cierta dureza, donde los camiones lo pasan muy mal para continuar su marcha y son frecuentes las advertencias de peligro por riesgo de alcance.
Pues bien, a pesar de que el motorcito de 70 CV no parecía poder superar tal desafío, lo cierto es que lo consiguió. Con tanto peso encima, el aire acondicionado, y a ritmo de autopista, fue capaz de subir a unos 100-110 Km/h, aunque en ciertas rampas fue necesario utilizar la 4ª velocidad. Quedó demostrado que la Dobló 1.3 era capaz de transportar 1.800 Kg de carga con pendientes considerables y el A/C. Cumple con su cometido, transportar, a la perfección. Eso sí, la capacidad de aceleración en esas condiciones es prácticamente nula.
Una vez en Castilla-La Mancha, con una velocidad de crucero de 110-120 Km/h, continuamos hasta la capital haciendo una única parada para descansar. Afortunadamente, el regreso fue más tranquilo respecto al tráfico, aunque era una «operación retorno». No encontramos retenciones hasta Madrid, sólo un poco de tráfico a la entrada.
Los dos pasajeros que se unieron al viaje a la ida, iban a ser devueltos en el mismo punto. Desde el centro de Valencia hasta Madrid capital, llegamos en 3 horas y cuarto, a una velocidad media real de 109 Km/h. El consumo bajó un poquito: 6,4 litros de gasóleo a los 100 Km. Considerando las condiciones del recorrido (con A/C todo el viaje), sigue siendo buena cifra. El viaje finalizó en el mismo punto del que partimos: Villalba.
Como puede apreciarse, sin pasar de 120 Km/h no se tarda una eternidad, ni el conductor se duerme, y no hay que temer ni a los coches camuflados ni a los radares de la DGT. Las matemáticas no mienten.
Por la Sierra de Madrid
A lo largo del recorrido habitual de pruebas que suelo realizar, que se reparte sobre todo en carretera secundaria, un porcentaje de población y otro tanto de autopista, los consumos de la Dobló fueron más moderados, ya que no pasé de 100 Km/h en esta zona. Haciendo conducción económica, sin carga y viajando fundamentalmente solo, el consumo de la Dobló 1.3 fue de 5,5 a 6,0 litros de gasóleo cada 100 Km.
Haciendo balance de todos los kilómetros recorridos, incluyendo trayectos cortos que se hicieron por Valencia y los inevitables viajes de mi casa a la sede de Fiat (para recoger/devolver la unidad de prensa) el consumo medio total está en torno a los 6,4-6,5 litros de gasóleo. Las condiciones fueron variadas, en efecto, pero del mínimo consumo medio, 5,5 litros, hasta los 7,0 obtenidos en Murcia-Madrid, la diferencia no es muy elevada, litro y medio.
La eficaz mecánica Multijet, debido a su reducida cilindrada -1.248 cc- y a su tecnología, proporciona un consumo bastante estable y poco sensible al uso. Las cifras oficiales de consumo son un poco optimistas:
- Ciclo urbano: 6,7 l/100 Km.
- Ciclo interurbano: 4,8 l/100 Km.
- Ciclo mixto: 5,5 l/100 Km.
Haciendo balance, con la Dobló Panorama 1.3 Multijet se pueden hacer de 857 a 1090 Km. Estos datos se refieren al modelo previo, pues en la gama actual, el motor 1.3 da 5 caballos más -75- debido a pequeñas modificaciones mecánicas. En esencia, el motor diesel pequeño es más que suficiente para los profesionales y los particulares, los motores más potentes vienen mejor para transportar carga frecuentemente y se desee una conducción más alegre sobre todo en carreteras con orografía complicada.
En el próximo artículo, veremos cómo cambia «el panorama» con la Dobló 1.9 Multijet de 105 CV.
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Continua en 3.000 kilómetros con la Fiat Dobló (III)
Saludos, Javier.
Gracias por el rigor y calidad de estos articulos sobre la Fiat Dobló, pero tengo curiosidad por saber las conclusiones sobre el modelo de 105 CV. Espero que lo puedas publicar pronto. Un saludo.
Muy útil, detalladas y precisas tus informaciones sobre la dobló 1.3.
Mi cuñado se ha comprado una recientemente, yo la he probado y la verdad es que el motor de 75 cv da la talla, tal y como afirmabas.
Un saludo a todos
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cordial saludo,
Para pedir el favor de utilizar la foto donde esta el manómetro, para utilizarla en un trabajo. gracias
luz marina
No es la primera vez que recurro a leer sus articulos, bien redactados y con conclusioned comprensibles. 🙂 Estoy sopesando la posibilidad de adquirir una doblo (del modelo 2006 en adelante, pero no los nuevos) y me queda aun la duda de si este motor 1.3 será suficiente o sería más adecuado un 1.6 de 105 cv. Vivo por el entorno de la Cordillera Cantabrica, y aqui la orografia es rebelde. Puertos como el de Pajares son de obligado uso, y temo quedarme corto con 75cv. ?que opinas? Muchas gracias!!
En tu caso creo que te compensa ir al 1.9 o el 1.6 Multijet. El 1.3 es más agradecido con una baja exigencia, que es cuando más vas a aprovecharlo. Más que quedarte corto o no, es que vas a tener un consumo muy similar (o superior) con el motor pequeño. Mejor uno más potente.
En este caso la elección depende no tanto de si el motor es suficiente como de la disponibilidad de modelos en el mercado de ocasión . Me está costando bastante encontrar uno adecuado y empiezo a valorar la opción de adquirir uno cercano cuya única pega a priori es un motor 1.3 ! Ahí el lio.