Cuando Aznar dijo esas famosas palabras hace unos días, le critiqué, temí pasarme y ser muy reaccionario, pero parece que no iba demasiado desencaminado. He leído una noticia en 20 Minutos jugosísima, y es que el libro «Aznar: la vida desconocida de un presidente» cuenta cómo Jose Mª cometió más de 30 infracciones en las carreteras españolas. Por ejemplo, en la página 107 sale:
«… a los conductores del Partido Popular, Estanislao Cumplido de la Cruz y Juan Vilches, no les gustaba dejarle los coches porque Aznar los destrozaba.»
y esta otra cita no tiene desperdicio alguno:
«En esa época no había viaje en que no le parara la Guardia Civil por exceso de velocidad. Aznar, en la mayoría de las ocasiones, no se molestaba en discutir con el responsable de la patrulla de tráfico. Por el contrario, muy digno, les decía: Cumpla usted con su deber, agente. Luego el partido pagaba las sanciones.»
Ahora tiene más sentido eso de «… no puede ir usted a tanta velocidad …». Sinceramente, me alegro de que este señor no pueda conducir por mi. Ahora queda más claro que no se trataba todo de un error de interpretación de sus palabras, quizás con 1 o 2 copas más de vino habría reconocido algo como «déjeme que vaya a la velocidad que me de la gana mientras no moleste a nadie y no haga daño a los demás». Y digo esto al margen de la opinión que pueda tener de él, y Polanco no me paga.