Desde que tengo el carnet de conducir, a veces me ha pedido un pequeño grupo de personas que les confirmase que había llegado bien para tranquilizarles. No desconfían de mi forma de conducir, saben que no corro, que soy prudente… pero que hay más cosas aparte de mi prudencia. Al margen está el hecho de que uno siempre puede cometer errores, y no me libro para nada.
Una amiga, un familiar, una novia o ex-novia, la madre de una ex-novia… Depende de la época, pero fundamentalmente de si he contado mis planes para hacerme un viaje largo. Bueno, a mi no me cuesta nada avisar de que he llegado bien (SMS aparte), pero ¿y si me retraso al avisar? Pues alguien se pondrá nervioso.
Por otra parte, yo soy el primer interesado en llegar de una pieza a los sitios, se supone que soy el que más me quiere. He dejado de creer en la longitud del trayecto como factor de un accidente. A menos de 50 metros de iniciar un viaje, ya he tenido que pegar algún frenazo por despiste ajeno. Sin ir más lejos, la semana pasada en la M-30 tuve dos ocasiones que afortunadamente no llegaron a nada, y yendo a Sevilla no tuve ningún problema.