7 de noviembre de 2001, ETA provocó un atentado en Madrid que dejó 95 heridos. Un turismo sospechoso se dio a la fuga y un ciudadano modelo lo siguió mientras alertaba a al 092. Su llamada y el dispositivo montado por Luis Alberto Rubio Sánchez permitió la captura de dos terroristas (fue condecorado por ello en 2003). Luis Alberto era conductor del jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía. Era un buen agente con 25 años de servicio y buenísimo expediente, y además, una persona muy querida en su entorno.
Las motos eran su pasión, era un miembro activo de la comunidad. Dicen que era un conductor muy responsable, que cumplía normas y límites con disciplina. El pasado 14 de enero, hace un mes, acudió a una concentración de Pingüinos (la reunión motera más importante de España) a bordo de su Honda Goldwing. En el kilómetro 84,600 de la AP-6, volviendo a casa, se cayó. Golpeó contra un guardarraíl de «los nuevos».