Hace unos pocos días este blog cumplió un año «en antena», y ha llegado más lejos de lo que pensé el día que lo empecé. Quería que fuese una contribución a la «causa», aportar un toque de cordura que ya había recibido antes de tiempo por mi familia y mi profesor de autoescuela, Jose Luis, que se cuidó mucho de enseñarme a algo más que a circular. No digo que sea un santo, ni un ejemplo a seguir, pero a veces, tengo mis dudas.
Este verano, en varias ocasiones y debido a lo que me dedico, pues más de una vez ha salido el tema con mis amigos o gente de mi edad (20-25 años): los coches. A veces, me han trasladado experiencias que me han helado la sangre, y el resultado normalmente el mismo, «no pasó nada». Hasta el día que pase, y que Dios -o llámalo X- no lo quiera.