La mayoría de los que leéis este espacio pagáis por lo menos el seguro de un vehículo, ya sea seguro de coche o seguro de moto. Cuando las cuentas domésticas van un poco ajustadas, el mes que llega el recibo suele provocar un quebranto considerable. Eso se puede paliar en parte con el pago fraccionado, la aseguradora cobra un pelín más, pero el palo se reparte mejor. Desde este año voy a usar un método de ahorro para que todos los meses me duela lo mismo.
En mi caso, estoy pagando dos seguros fraccionados. El del coche A me lo cobran en agosto (175 €), septiembre (168,68 €) y noviembre (168,68 €). El del coche B, con otra compañía, me lo reparte en febrero (182,90 €) y agosto (182,90 €). ¿Qué pasa? Que, si como este año, en agosto voy más justo, me quedo sin dinero para hacer NADA tipo irme de vacaciones. De hecho, este año solo he parado una semana. ¿Cómo evitarlo? Pues con una hucha mensual que aguante las embestidas de los recibos.
He calculado que la suma de todos mis seguros es de casi 878 euros al año, lo que divididos en 12 meses da algo menos de 74 euros. En mi banco principal, ING Direct, tengo una cuenta de ahorro que da un interés de mierda (0,01% TAE), pero que me puede ayudar a apartar ese dinero mes a mes, así cuando vengan los recibos me puedo «fumar un puro». Si cada mes meto 74 euros, la hucha no llegará nunca a 0, como puede verse en este gráfico: