Deportivos, Reflexiones, Seguridad vial, Turismos

Carreras ilegales y carnet por puntos

Corrían los años 70 y se organizaron algunas carreras de costa a costa en Estados Unidos, conocidas como Cannonball, como protesta a la imposición del límite de velocidad en 55 mph (88,5 Km/h). El evento fue inmortalizado en el cine con las películas «Cannonball!» y «The Cannonball Run», donde variopintos corredores tenían que hacer el recorrido en el menor tiempo posible; sin ser pillados por la policía, claro está. La popularización de este evento provocó un aumento de la presión policial para evitar males mayores.

Salida de la Gumball 3000

En la actualidad, este tipo de competiciones siguen existiendo. Los mecanismos legales para impedirlas no son suficientes, como ha quedado patente un año más. Ni el permiso por puntos es efectivo contra estas competiciones, es tan útil como apagar un incendio a base de insultos.

Los participantes suelen ser pobres millonarios, almas oprimidas por una sociedad que les saca dinero por todo, que les impone límites de velocidad para que no se paseen con sus deportivos de más de 500 caballos alegremente. En el fondo, me producen lástima.

Porsche 911 Turbo

Cannonball Europe, Gumball 3000 y Carbon Black son eventos de este tipo bien conocidos, donde hay hasta patrocinadores, caras famosas compitiendo, despligue mediático por Internet… hasta lo saben las autoridades. Si, puede parecer increíble, pero en el video del siguiente enlace se puede ver cómo un coche policía italiano abre paso a unos participantes de la Gumball.

Afortunadamente, la policía suele ser más un problema para ellos que una ayuda. Los Mossos d’Escuadra, policía autonómica catalana, pillaron a varios conductores de la competición Carbon Black 2006, a su paso por las autopistas de su jurisdicción. Legalmente, lo único que podían hacer era cobrar la multa en el acto o embargar el coche si no llevan «suelto», pero una vez pagada la multa podían continuar con su particular fiesta.

Mercedes SLR McLaren

¿Qué son 600 euros para una persona cuyo automóvil tiene piezas como los faros que cuestan más? Pues como céntimos para un persona normal, como tu y como yo. Como el conductor es extranjero, no se le pueden quitar puntos del carnet, simplemente se le cobra, y pagan muy gustosos. Eso si les para la policía, pero si un radar les tira una foto a 240 Km/h, ¿les mandarán la multa a casa? Estamos en las mismas.

Cuando era muy pequeño, jugaba a un «simulador» -si se le podía llamar así- llamado Test Drive. Había que hacer un recorrido de varias etapas a la mayor velocidad posible y evitando el tráfico, despeñarse, chocar contra una pared y los cortes de inyección (que te «mataban»). Había otro pequeño inconveniente, ¡la policía!

Cuando te seguía un coche patrulla, si no lograbas darle esquinazo, te adelantaba. A partir de ahí, tenías 2 opciones: o soltabas las teclas y el coche conducía «solo» detrás del coche patrulla, sin poder acelerar, hasta la próxima etapa o parabas, te ponian una multa y continuabas como si tal cosa. Me siento tentado a hacer un simil entre este juego y lo que ocurre con estas competiciones.

Si te pillan, no pasa nada, pagas y punto. Y como el dinero no es problema…

BMW M5

No estamos hablando de una carrera donde participan pilotos profesionales, no hay un circuito, ni medidas de seguridad. Son ricos, magnates y millonarios pisando a fondo las mejores mecánicas del Mundo: Porsche, BMW, Mercedes-Benz, Aston Martin, Lamborghini… El riesgo que aportan a la seguridad vial es innegable.

Cualquier coche de 500 caballos en adelante (lo mínimo para participar en una Carbon Black) supera sin rechistar los 250 Km/h, más del doble del límite legal en autopistas. Muchos superan los 300 Km/h. Si ya es para temblar que hagan eso pilotos profesionales en carretera abierta con tráfico, si lo único que sienta al conductor en un coche de esos es un fajo bien gordo de billetes de 500 euros, temblemos más.

Porsche Carrera GT

Sirva el siguiente ejemplo. La gendarmería francesa registró el paso de un BMW M3 por una villa francesa a la nada desdeñable velocidad de 327 Km/h, el récord de los radares franceses. Como no pasó nada, es una anécdota, pero si hubiese atropellado a alguien en un paso de cebra, si habría trascendido más.

Para detener a estos locos de la velocidad no basta con poner multas de 600 euros. Hay que tomar medidas mucho más serias, y que les toque donde más les duela. Un sistema como el sueco me parece eficaz. Allí se pagan las multas en función del poder adquisitivo. Por saltarse un límite de 50 Km/h -cazado a 75 Km/h- un alto ejecutivo de Nokia tuvo que desembolsa 116.000 euros. Cualquier turismo de 60 CV es capaz de superar esa velocidad.

Bentley, Porsche Cayman y Ford GT40

Conociendo el recorrido de estas carreras, que los organizadores no esconden, podrían establecerse controles, y al que pillen, coche embargado, al calabozo y a pagar una multa superior. ¿Qué tal la tipificación de delito el participar en carreras ilegales? No es lo mismo un millonario corriendo a 200 Km/h que está compitiendo que un español medio que va a 140 Km/h con su coche de 100 caballos, las distinciones deben persistir.

Al ritmo de una competición de esas, cualquier desgracia puede ocurrir. No es que me preocupen las vidas de aquellos que desprecian las de los demás, jugando con la carretera como en un videojuego, pero si me preocupan los inocentes que se ponen en su camino, inconscientes de ello.

Tampoco se trata sólo de velocidad, se trata de adelantamientos temerarios, ignorar las prioridades de paso, pasar por alto cedas y STOP… Cualquiera que tenga una mínima capacidad de imaginación, podrá pensar en lo que estoy diciendo.

Espero que no haya que esperar a unos titulares con abundante negrita en un periódico de tirada nacional, con la palabra «muertos», para que las autoridades hagan algo. Son los únicos que pueden hacer cosas al respecto.

Salida de la Carbon Black 2006

Soy consciente de que es imposible evitar que los fabricantes hagan coches tan potentes porque se compran, pero las autoridades pueden sacar licencias de conducción especiales para conducir estas máquinas de correr, para limitar el club de usuarios no sólo al que se lo puede permitir, también el que acredite y demuestre, que a pesar de que el coche es potentísimo, el conductor sabe conducirse a si mismo y no incurrirá en conductas temerarias.

Después de todo, para algo están los circuitos.

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3 Comments

  1. Lo de las licencias estaría bien si no fuera porque al final los ricos las comprarían a golpe de billetazo.

    Contra esta gentuza, mano dura: cárcel, embargo del coche y multa millonaria. Creo que no hay otra.

    Reply
  2. Duen

    No se lo pararian igual de bien si se alquilaran un circuito para ellos solitos (que tiene pasta para eso y mucho mas)??? Y si alguno quiere hacer el cabra con su carro pues muy bien que lo haga, pero siempre en un circuito cerrado,Y por la noche que montan sus fiestas y todos tan contentos.
    Saludos

    Reply

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