… tan solo es una descerebrada. Puede que esto te suene: una mujer de 28 años que atropelló mortalmente a un pelotón de ciclistas el domingo 7 de mayo por la mañana, acabando con la vida de tres y dejando malheridos a otros tres. La foto que ha circulado de ella muestra esto: una chica abatida en el suelo, apoyada contra el paragolpes del coche, con las manos ensangrentadas, cabizbaja, que aún no ha asumido lo que acaba de hacer.
M.V. había tomado varias copas antes de coger el coche, y también había esnifado coca. Como la segunda prueba de alcoholemia que se le practicó dio 0,91 y la primera 0,8, significa que le estaba «subiendo» mientras conducía. La combinación de alcohol y copas fue letal. Lo más probable -porque ella no se acuerda- es que fuese conduciendo con mucha dificultad y en un momento simplemente se desvaneció. Invadió el carril contrario y se llevó a los ciclistas por delante.
Se llamaban Eduardo, José Antonio y Luis Alberto
Esto es lo que se puede deducir del relato que he leído en varios medios (de esos que no quieren que se les enlace). Yo no estaba allí, pero intento ponerme en la cabeza de M.V. No quiero poner su foto, ni en la que se había derrumbado, ni en las que estaba de fiesta y se han sacado de redes sociales. No quiero hacer de abogado del diablo, pero M.V. no cogió el coche con la intención de matar a nadie. Es más, seguro que ni es violenta ni peligrosa cuando está sobria. ¡Hasta puede ser una buena persona, por contradictorio que parezca!