En nuestra época movernos por la vida con teléfono móvil es como hacerlo con nuestros genitales, no nos olvidamos al salir. En el coche se ha convertido en uno de las principales fuentes de distracción, aunque tenga una multitud de buenos usos. Pasa algo parecido con los cuchillos jamoneros, pueden servir para una cosa buena o para una mala.
Uno de los consejos de seguridad vial que se está dando últimamente es la de poner el móvil en modo avión, para así cortar en seco cualquier potencial distracción. El modo avión lo que hace es cesar todas las transmisiones por radio del teléfono, incluyendo la telefonía móvil estándar. En los aviones se utiliza esto para no interferir con la aviónica o la radio de los pilotos con torre, y porque a altura de crucero no hay muchas señales útiles que captar.
Sin embargo, en un coche, el modo avión puede resultar contraproducente. Por ejemplo, cuando una persona nos llama y ve que salimos desconectado o fuera de cobertura, y sin actividad en redes como WhatsApp desde hace horas, alguien puede ponerse bastante nervioso. Además, en el caso de tener una aplicación que llama a emergencias ante una fuerte deceleración (los móviles modernos llevan sensores que lo notan) se convertirá en inútil.