Como alguien que se dedica a la información del motor, no he podido ser ajeno al tema estrella de las últimas semanas, el caso #Dieselgate de Volkswagen, o el falseamiento de las emisiones de motores Diesel. He escrito del tema tanto en Motor.es como en Pistonudos, y en este mismo blog hay un espacio dedicado al caso.
Puede que no lo parezca, pero insistiré, no tengo ninguna inquina al Grupo VAG, no más de la que le tengo a Toyota por los escándalos de calidad que sufrieron hace pocos años, ni de la que le tengo a General Motors por los bombines defectuosos de encendido y otros tantos problemas de calidad. Son gajes del oficio, esta vez le ha tocado a Volkswagen.
Ahora mucha gente está visiblemente cabreada con la empresa alemana y sus marcas, han cometido un fraude y tendrán que asumir las consecuencias. Así es, y así va a ser. El coste de la crisis puede valorarse tranquilamente en más de 30.000-40.000 millones de euros entre sanciones, pleitos, coste de las llamadas a revisión, pérdida de valoración bursátil, etc. Incluso algunos expertos llegaron a hablar de la posible quiebra de Volkswagen AG.