Entre las profesiones de futuro, ya no puedo optar a futbolista, ni tronista en MHYV o Gran Hermano, ni gamer. Para todo eso soy ya viejo. A algo a lo que sí puede optar alguien de mediana edad y sentido del humor es a videoblogger, y la idea viene de lejos. Para eso necesitaba dos cosas: invertir en medios y tiempo (sobre todo, mucho tiempo). Estas son mis conclusiones después de un año dándole al tema, lo que he podido.
Spoiler: mis ingresos con esta actividad han sido 0,00 EUROS, algo que por otra parte tenía previsto en la fase de crecimiento. Para comer no da, ni para los gastos, ni para una bolsa de pipas. Y gastos han sido unos cuantos: más de 250 euros en piezas para el ordenador, cosas auxiliares para grabar con el teléfono móvil, programa de edición de vídeo moderno, etc. La inversión ha sido mínima, he tirado de mi móvil Redmi Note 8 Pro de 2020, mi cámara Sony HDR-CX200 de 2012, la GoPro Hero 3 Silver del mismo año (que decidió morir), 100 euros entre micrófono y webcam, y el editor de vídeo Capcut.
Acumulo metraje desde que empecé a conducir coches, verano de 2004, aunque eso lo tengo en cintas Video8. Tengo horas y horas de vídeo, de las cuales poco he subido, y la gran mayoría se han usado en mi época de Motorpasión, donde hace 9 años que no trabajo. Ya sé desde entonces, y desde mucho antes (empecé a trastear con Premiere hace 25 años), que editar vídeo lleva muchas horas POR MINUTO REALIZADO. Al menos en Motorpasión me podía llevar 20-50 euros por vídeo, que era una miseria, pero era algo.
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